La Comunidad-Luz de la Hermandad y la Red-Luz se unen para ayudar a la Fundación Sin Estribos, en Córdoba, Argentina.

Se dice que quien da, recibe aún más.  Con este espíritu, el sábado 26 de agosto, toda la Comunidad-Luz de la Hermandad, afiliada a la Fraternidad – Federación Humanitaria Internacional (FFHI), decidió salir de su rutina. Con excepción de dos de sus miembros, todos los demás fueron a servir y dar asistencia a la Fundación Sin Estribos, ubicada en el camino a Río Ceballos, en Córdoba, Argentina. En 2018, la Comunidad-Luz organizó algunos encuentros de servicio misionero en la Fundación. Sin embargo, se pausaron durante la pandemia y recién ahora se han podido retomar.

La Fundación Sin Estribos es una organización sin fines de lucro dedicada al cuidado, defensa y albergue de animales, especialmente caballos, que también busca concientizar a la población sobre la defensa y protección de los animales. Tanto el mantenimiento de las instalaciones de la Fundación como el cuidado de los animales se mantienen gracias a la colaboración voluntaria. Con este objetivo, se organizó este encuentro de servicio y colaboración, que reunió, además de los miembros de la Comunidad-Luz, a algunos colaboradores de la Red-Luz Planetaria de la región y a voluntarios habituales de la Fundación, totalizando 24 colaboradores voluntarios.

Desde el principio, en presencia de perros, gallos y algunos caballos, todos se reunieron para distribuir y satisfacer las necesidades del día, entre ellas, la limpieza de los establos, el mantenimiento de las vallas y el orden de los medicamentos y del área de curación de los caballos. Todas las tareas se realizaron según el principio del servicio desinteresado y de forma grupal, de modo que todos se beneficiaron y se renovaron con la alquimia oculta del dar y recibir.

Como dijo Viviana, residente de la Comunidad-Luz: «Fue una experiencia agradable compartir entre los participantes. Fue posible sentir realmente la unión, la fraternidad entre todos. Fue muy especial trabajar con el Reino Animal». Según ella, la experiencia más gratificante fue cuando interactuó con la yegua Aurora. Viviana recibió el encargo de pasear a Aurora, pero tuvo cuidado de mantenerla a cierta distancia.  Pero ocurrió que «en un momento dado se acercó mucho a mí; fue una sensación muy agradable, muy profunda. El animal irradiaba mucha paz, mucho amor, mucha armonía».

Marcos, uno de los servidores veteranos de la Red-Luz Córdoba, que acompaña desde 2018 los servicios prestados por el grupo en la Fundación, destacó la necesidad de ayudan en este espacio y su aspiración a seguir ayudando. Dijo que «la primera sensación fue la alegría del reencuentro  reencontrarme no sólo con la gente, sino con todo el lugar, con el espíritu del lugar que tiene que ver con el rescate animal. Y sentí que había más necesidad que antes, el lugar tiene menos apoyo que antes».

La observación de Marcos sirve para recordar que la necesidad abunda en todas partes. Sin embargo, tomando como ejemplo el trabajo realizado este fin de semana, es a través de la acción de los seres humanos, en el servicio y en la donación caritativa, que se hace posible que iniciativas como la de la Fundación se fortalezcan, además de recibir los frutos de la colaboración mutua.