“La mayor de todas las reformas alimentarias es la conversión de una dieta carnívora hacia una dieta vegetariana. Este también es el primer paso en el camino espiritual, la primera señal de que la rectitud, la justicia, la compasión y la pureza se están instalando como algo necesario para una vida humana y humanitaria, en contraste con la vida animal”. (Paul Brunton: O Corpo – Cap. 3: Dieta: item 5 – 5-3,5).

El “Léxico Esotérico de la Obra de Trigueirinho”, define así el Vegetarianismo:

Sistema alimenticio basado en vegetales y exento de carnes. Hay vegetarianos que consumen algunos productos derivados de animales, como huevos y lácteos.

Los beneficios del vegetarianismo son amplios y eran conocidos desde tiempos remotos. Ese sistema era utilizado, por ejemplo, entre los esenios, como medio de purificación y como estímulo para el perfeccionamiento de las facultades del alma y del cuerpo.

Unido a la abstención del alcohol, del cigarrillo y de las drogas, el vegetarianismo aporta un alivio al cuerpo y refuerza en la consciencia a capacidad de superar obstáculos derivados de tendencias equivocadas absorbidas en el transcurso de las encarnaciones. Incluso, sin que se depure el carácter y se anhele el servicio altruista, esta práctica se vuelve simple dieta, que tanto puede ser saludable cuanto redundar en carencias.

La alimentación vegetariana posibilita claridad mental, despeja el cerebro y remueve de los cuerpos sutiles la violencia y las pasiones. Hay casos donde facilita el desarrollo de la clarividencia. Principalmente cuando el individuo se propone controlar sus fuerzas emotivas e instintivas, lo indicado es abstenerse de carnes. Por el magnetismo, el alimento animal introduce en el organismo humano cierta clase de inclinaciones que deben ser superadas y no reforzadas.

Las recomendaciones para dejar de ingerir carne tienen en cuenta no solo la ampliación de la consciencia humana sino la evolución de toda la vida planetaria. Del punto de vista ético espiritual la alimentación vegetariana colabora en el reequilibrio del karma humano, sobrecargado por la matanza constante de animales. De modo general, el tipo de alimentación de una persona depende del nivel en que su consciencia esté polarizada y de su karma. Sin embargo, cuando ella asume colaborar en la evolución su alimentación estará determinada, sobre todo, por el nivel para el que su consciencia debe trasladarse. En el futuro, después de la purificación planetaria será inconcebible que el ser humano ingiera cadáveres de animales, práctica tan común ahora.

En el estudio anterior –Vegetarianismo Parte I – comprobamos la necesidad urgente de que el ser humano trascienda ese hábito alimenticio ancestral y generalizado, y que ya no es justificable científicamente tener que ingerir carne para subsistir. Muchas de las consecuencias desastrosas para la vida humana y planetaria ya se ven por todas partes: la expansión del cáncer y de otras enfermedades degenerativas; las guerras, la violencia y la crueldad; el cuadro acelerado de miseria física, moral es espiritual, esparcido por toda la civilización; las catástrofes y tragedias ambientales sin proporciones, etc.

La ciencia espiritual afirma que la propia evolución humana fue afectada por ese hábito desactualizado, permaneciendo  mucho más allá de lo que estaba previsto para ella. La vibración animal más densa, retrógrada para el ser humano (la evolución animal se encuentra en un estadio por debajo de la  evolución humana), se torna su substancia nerviosa más densa y reduce su capacidad para reconocer, comprender y vivir las Leyes Superiores. Eso repercutió también negativamente en la falta de desarrollo de potenciales latentes en su cerebro y en su sistema nervioso. Y así, esta civilización se dejó aprisionar intensamente al plano físico-denso, volviéndose materialista, consumista y más inclinada para atender a sus sentidos físicos, deseos y necesidades materiales, entorpeciendo su consciencia, apartándola de la realidad sutil y espiritual.

La dieta vegetariana libera el cuerpo y la consciencia de esa vibración densa, lo nutre de vibraciones más sutiles, colaborando así en la evolución superior del ser humano, como veremos en los próximos estudios. Trigueirinho también amplia y profundiza esos temas en el Audio indicado abajo:

“Alimentos de calidad inferior, e incluso nocivos, fueron ingeridos durante tanto tiempo que la mayoría de las  personas se volvió  adicta a ellos y, a través de su consumo habitual llegó hasta desearlos. Es verdad que muchos de esos alimentos formaron parte de una dieta civilizada por generaciones, pero la  duración de un error no se vuelve menor, y ni justifica su continuidad”. (Paul Brunton: O Corpo – Cap. 3: Dieta: item 3).

El tema del Vegetarianismo continuará.

Texto: Fray Ameino
Audio: Conversas com Trigueirinho (Charla con Trigueirinho) no 432 (0’05 – 5’25)
Audio completo: www.irdin.org.br/acervo/detalhes/5714