María, Madre,

Madre mía,

Reina de la Paz,

que Tus Rayos sublimes

se irradien en el mundo;

que Tu Inmaculada Paz

brote como un manantial inagotable

en nuestras almas;

que el corazón de cada hermano

alcance la eterna Paz,

para que junto a Cristo,

nuestro Señor,

la humanidad se redima

y abra la puerta para el Perdón y el Amor,

en honra al Padre Creador

por los muchos años de Paz

que vivirá la Tierra.

Que así sea.

 

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