«Lo importante no es lo que se da, sino el amor con que se da» (Madre Teresa de Calcuta)

«En un mundo en que los valores de fraternidad y de igualdad fueran realmente vivenciados, no habría desvalidos. Si ellos existen es porque todavía no aprendimos a compartir», comentó Andréa Ferreira, de la Red-Luz de Santos, San Pablo, Brasil.

Semanalmente, los grupos de la Red-Luz del Guarujá y de Santos realizan un servicio en una comunidad de la ciudad de Guarujá, en San Pablo. Hay donaciones de frutas, verduras, legumbres y hortalizas. Además, se ofrece refuerzo escolar y otras actividades lúdicas y educativas para los niños. En algunas ocasiones, se ofrecen kits de maternidad para las embarazadas.

Con la proximidad de fin de año, surgió la idea de comprar regalos para los niños, pero el equipo no quiso asociar fechas conmemorativas a regalos. Así, la propuesta fue: «Vamos hacer una canasta básica?». La meta era una canasta básica para cada una de las 50 familias inscriptas. Los participantes se sensibilizaron y se movilizaron para manifestar la propuesta audaz. Cada donación hacía el corazón palpitar más fuerte. La opción con valor más barato fue la de comprartodo al por mayor y preparar las canastas.

En el impulso de la alegría y de la prontitud, se realizó un unidad de montaje y distribución de las cestas el 16 de noviembre de 2018, en la Sagrada Sala de la Caridad Crística, en Guarujá, donde el grupo desarrolla sus actividades en la comunidad.

«Hace 4 años, tenemos contacto directo con estos hermanos y observamos sus cambios de comportamiento a lo largo del tiempo. Gratitud, compañerismo, fraternidad y solidaridad fueron semillas plantadas y regadas con mucho amor a cada encuentro. En el día de la entrega de la canasta nos dimos cuenta que Cristo mismo vivía en el corazón de cada hermano. La semilla germinó. Ellos ya no nos ven sólo como las «tías de las frutas», sino como colaboradoras de Cristo», observó la coordinadora de la Red-Luz del Guarujá, Francisca Santana.

El contenido de la canasta consistió en 20 artículos básicos de productos alimenticios y de un «toque navideño»: un pan dulce y una caja de bombones.

«No fue una canasta de Navidad, fue la canasta de ¡la Paz de Cristo! Como siempre, antes de la entrega de las donaciones, mantuvimos un diálogo con todos y, luego hicimos nuestra oración de agradecimiento», explicó Rosi Fretias, participante de la Red-Luz del Guarujá.

Diecisiete voluntarios, cariñosamente llamados «padrinos y madrinas», apoyaran financieramente la acción. Algunas de esas personas son amigas de los miembros de la Red-Luz.

«Gratitud por el día de hoy. Día emocionante, en el que he podido constatar, «en vivo y en directo», la necesidad de las personas que ayudamos», relató la «madrina» Priscila Orsi.

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