El grupo Red-Luz Colombia promovió del 14 al 16 de octubre de 2017, el I Encuentro Coral de la Red-Luz Colombia cuyo título fue «Cantando con la  Madre Divina». El evento que ocurrió en La Cumbre, en el Valle del Cauca, contó con la participación de 20 integrantes del Coro «Hijos de la Paz» y de varios colaboradores. El objetivo fue grabar su primera canción: «Ave María Muisca».

La actividad con el coro comenzó en el 2015 y desde entonces los participantes viajan, cada tres meses, de diferentes partes de Colombia para encontrase en Bogotá y juntos seguir viaje hasta la  Laguna de Guatavita.

Laguna de Guatavita

La Laguna de Guatavita se encuentra en una depresión montañosa de forma circular, tiene 700 metros de diámetro y está rodeada de bosques nativos a una altitud de 3100 metros. El grupo realiza esta tarea con mucho amor y dedicación cuatro veces al año (cada tres meses). La devoción de los encuentros era tan grande que, en ese proceso de los viajes a la Laguna Sagrada, surgió la idea de crear un Coro dedicado a la Madre Divina, incluso sin tener conocimiento musical.

Este último encuentro realizado en octubre no tuvo lugar en la Laguna de Guatavita, pero sí tuvo como  desafío la organización y la ofrenda de varias grabaciones musicales, además de cumplir la pauta de oración. Como los integrantes provenían de diferentes regiones de Colombia, fue necesario ensayar individualmente o en pequeños grupos en sus ciudades de residencia para que todos estuvieran preparados para la grabación.

Cantando con devoción

Los ensayos y las ejecuciones de la música «Ave María Muisca» quedaron registrados y formaran parte del programa «Música para la Cura y Elevación de la Humanidad» que se exhibirá en breve por Misericordia María TV. «Muisca» es un pueblo indígena que habita la región donde esta situada la ciudad de Bogotá, en el corazón de Colombia. En tiempos ancestrales, Guatavita era el escenario solemne de investidura del Zipa, o cacique muisca. En la simbología de la ceremonia, la Laguna significaba la manifestación material  del Principio Femenino de la Divinidad.

«Todo el trabajo fue una constante oración. Cuando estábamos cantando había grupos de hermanos para sustentar la energía grupal», dijo un participante del encuentro.

La música es un poderoso instrumento de elevación de la consciencia y puede, en ese sentido, ser una expresión de la devoción que se caracteriza por la  «voluntad persistente de ampliar el propio nivel de consciencia», un impulso que «acompaña al ser, se perpetúa y continuamente crece, volviéndose cada vez más derecho y puro», como podemos encontrar en la definición del lema Devoción en el Léxico Esotérico de la Obra de Trigueirinho.

«Durante este primer encuentro del coro fuimos conscientes de la delicadeza y del detalle que es todo ese proceso de grabación de una canción, pero todavía no está todo listo. Falta grabar algo de percusión y una flauta, porque ninguno de nosotros sabe tocar flauta. Por eso, estamos buscando la  colaboración de otros hermanos que puedan ofrecerse para ayudarnos en la grabación. Después vendrá el proceso de finalización y entonces podremos grabar el videoclip que acompaña la canción. Estamos planeando grabar en Guatavita durante el próximo encuentro que tendrá lugar en enero del 2018», dijo otro participante del encuentro.

Por el éxito de la iniciativa, la Red-Luz Colombia pretende dar continuidad a este tipo de actividades y ya vislumbra la posibilidad de grabar más adelante una próxima canción para continuar con su trabajo de servicio y oración por la humanidad por intermedio de la música.

Ese encuentro nos inspira y nos proporciona un ejemplo de cómo a través de la unión grupal, de la oración, de la fe y de la  devoción, se puede generar una gran fuerza e irradiar impulsos de paz y de fraternidad para todo el planeta.

Informaciones:

Para colaborar con el Coro «Hijos de la Paz», ya sea tocando la  flauta o con percusión, contacte: difusion.red.luz.colombia@gmail.com

Para conocer más sobre el grupo de la Red-Luz Colombia, ingrese aquí al canal oficial en Youtube en el cual se comparten las actividades y los encuentros de oración que el mismo grupo promueve.