Los peregrinos de distintos estados de Brasil se reunieron en el Centro Mariano de Figueira, en el sur del estado de Minas Gerais, específicamente en el área rural del pueblo de Carmo da Cachoeira. La actividad se llevó a cabo entre lel 24, 25 y 26 de agosto de 2018. Cumpliendo con la planificación organizada por el Centro Mariano, que los condujo a diferentes etapas,  los peregrinos pudieron vivir satisfactoriamente su espiritualidad.

«La gente llega aquí y son tantas las gracias que se reciben que es imposible ponerlas en palabras. ¡Llegamos y es tanto lo que recibimos! Solo recibimos, recibimos y recibimos de la Madre María, Rosa de la Paz y de todas las personas que están aquí. Creo que vamos aprendiendo también a donarnos, cada vez que venimos. Si Dios quiere, seguiré toda la vida viniendo con mucha fe, amor e infinita gratitud.» Así se expresó Renata Pinheiro, quien vino de Belo Horizonte, MG.

El camino recorrido

La programación contempló la participación de los peregrinos por los diferentes lugares del Centro Mariano. De ese modo el viernes 24, cercano a las 18.30 , se inició con la Vigilia de Oración por la Paz en las Naciones, cerrando el día con la comunión ecuménica.

El sábado 25, a partir de las 8 de la mañana, estaba expuesto el Relicario del Castísimo Corazón de San José, dando apertura a la oración y a la comunión correspondiente. El día se presentó con bastante movimiento para los peregrinos, entre las tareas del Centro Mariano, el apoyo a las construcciones pendientes (que en un futuro cercano, permitirán recibir a un mayor número de peregrinos) y las vigilias. Al mediodía se oró en grupo el Misterio del Rosario. Al final del día, los peregrinos participaron en la procesión de velas y por último, se cerró la jornada con la actividad denominada, «Orando con la Virgen María».

Cuando llegó el último día del encuentro, el domingo 26, a partir de las 7 de la mañana los peregrinos se concentraron en lo alto de la Colina de las Apariciones, en la carpa que los recibió para juntos orar las Mil Avemarías.

Durante el día, todos pudieron visitar la Ermita del Cristo Glorificado, la Casa Inmaculada de la Paz, la Plaza del Campanario y la Cruz Azul.

Mil Avemarías al unísono

Las mil Avemarías constituyó el punto culminante de la peregrinación. Con una espontánea y entusiasta devoción, los peregrinos como grupo, lograron en una sola voz, con un solo corazón, evocar el santo nombre de María.

«Desde el principio yo acudo a las peregrinaciones, vengo cada vez que me es posible, no pierdo las mil Avemarías, pues cada rosario rezado es una batalla vencida. Siento que es un impulso muy significativo para mi, para mi vida y para todos los hermanos a mi alrededor, así como para Río de Janeiro y para todo el planeta. Este impulso me hace proseguir en la vida, me hace volver y hace, que cada vez sea más fuerte, hace que siempre regrese», comentó Marly Silva de Santos, de Río de Janeiro, RJ.

Con alegría entre cantos y un profundo sentir, los peregrinos pasaron desde el fervor de la oración ardiente a dar continuación de su pasada por este ciclo,  con un simple y corto camino guiado por los monjes de la Orden Gracia Misericordia, que los condujo hasta la cima de la Colina de las Apariciones,  en donde resplandecía la Cruz Azul, símbolo de la Presencia visible de Dios.Una vez ante la Cruz Azul y manteniendo la energía construida en el anterior ejercicio espiritual, los monjes comenzaron la liturgia que dio inicio a la comunión ecuménica, sellando de esta forma, con un trabajo espiritual de un fin de semana lleno de realizaciones, a partir de un organizado y alegórico camino externo, que facilitó la posibilidad en cada uno, de hacer un viaje interior y vivir una experiencia única.

Lucas Souza Sales de Belo Horizonte, MG, quiso compartir su sentir: «Desde hace años que vengo con mi familia. Ahora también traemos a nuestro hijo de 6 años. Venimos para acá porque para nosotros es una bendición estar aquí y participar en estas peregrinaciones. Nos gusta todo lo que hacemos, lo que nos lleva a reflexionar internamente y así , poder seguir en el mundo, en nuestra vida normal, estando recargados de energía». Lucas considera que es una pena que muchas personas estén perdiendo esta misericordia: «Le recomiendo a todas las personas que sepan de estas actividades, que vengan, que no se lo pierdan, pues es una pena que no conozcan este lugar, el trabajo, que no reciban la misericordia. Estar aquí y orar es una entrega para cada uno y para la humanidad», agregó.

La actividad forma parte de la frecuencia mensual que el Centro Mariano de Figueira está imprimiendo a las peregrinaciones.

¿Le gustaría participar en estas peregrinaciones?

Comuníquese con:

Centro Mariano de Figueira

centrosmarianos@associacaomaria.org

WhatsApp: (+55) (35) 99720-5624