aurora-servico-inundacao01El pasado 25 de diciembre, Día de Navidad, unas 70 personas de la Comunidad Fraternidad, también conocida como Casa Redención, y de la Red-Luz Uruguay se movilizaron ante una situación de emergencia para socorrer a las víctimas desamparadas por las crecidas en la región de Salto, Uruguay. En esta tragedia, más de 2.500 personas quedaron desamparadas debido a las inundaciones.

aurora-servico-inundacao02El trabajo comenzó a las 8 de la mañana, cuando unas 45 personas se reunieron en Casa Redención para organizar las tareas. Fueron utilizados diez vehículos para el transporte del grupo y de los materiales destinados a los damnificados: productos de limpieza, alimentos y ropas. En la entrada de Salto, más personas y vehículos se unieron al grupo y todos siguieron en dirección al Cuerpo de Bomberos de la ciudad, donde estaba instalado el Comité de Emergencias para el auxilio a los desamparados.

aurora-servico-inundacao06El grupo fue dividido para socorrer a las víctimas en los dos locales habilitados en la ciudad para recibir a los damnificados. En el Club Bernasconi, el grupo encontró a 20 familias desamparadas con unos 25 niños. Rápidamente el grupo se organizó para colaborar en el trabajo de limpieza y armonización de diferentes sectores del club, reparación de duchas, sistema cloacal y tejados con goteras. Fue percibida también la necesidad de conversar y compartir con los damnificados los difíciles momentos que les tocaba pasar. Otros miembros del grupo se quedaron con los niños, compartiendo juegos, canciones y jugando al fútbol. En determinado momento, los niños se pusieron muy contentos al recibir regalos donados por otro grupo de ayuda.

aurora-servico-inundacao07Al final de la jornada, todo el grupo se reunió con los damnificados para realizar oraciones que ayudaran a fortalecer la Fe y la esperanza en Dios.
“Encontramos familias de diferentes clases sociales, económicas y culturales que compartían la misma situación de emergencia. Algunas comprendían con mayor serenidad la necesidad de mantenerse en la Fe y de aprender a superar la situación, mientras otras se sentían más desamparadas”, relató el fray Agustín de Sión, uno de los miembros de la Orden Gracia Misericordia que participaron de la tarea de servicio a los damnificados.

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