La persona polarizada en los planos materiales,
permanece susceptible al sentimiento del miedo

 

Mientras la persona se mantiene polarizada en los planos materiales, permanece susceptible al sentimiento del miedo. Los miedos subconscientes son más numerosos que los conscientes y están directa o indirectamente ligados al miedo a la muerte, a apegos y a incomprensiones de la verdadera naturaleza del ser, que es inmortal.

El miedo de la muerte

La Psicología Esotérica cita algunos miedos básicos del ser humano: el de la muerte, o del futuro, o del dolor físico y el del fracaso. La palabra muerte es inadecuada para expresar lo que realmente sucede durante el proceso de transición, vivido por el alma, al pasar de los niveles de la consciencia físico, emocional, y mental para otros más sutiles. Está ligada a algo que termina, cuando en la realidad, conforme a las leyes naturales y espirituales de la vida, todo se transforma y nada es definitivo. El miedo a la muerte es el fruto de la ignorancia de esas leyes.

El miedo al futuro

El miedo al futuro se debe a la capacidad de anticipación de la mente, capacidad que, más tarde, se transforma en percepción intuitiva. Hasta que esta transformación suceda, la mente proyecta, sobre el presente, ansiedades, imaginaciones y recuerdos. También el individuo puede tomar como suyas emanaciones del siquismo colectivo, así él tiene aprehensiones y sentimientos que no se originaron en sí mismo.

El miedo al dolor físico

El miedo al dolor físico, a su vez, provienen de registros de experiencias del pasado, grabados en el subconsciente, pueden emerger de modo claro o actuar subliminalmente. Muchas enfermedades se agravan por ese miedo, no obstante, se van disolviendo a medida que el individuo no se identifica con sus cuerpos y se eleva espiritualmente.

El miedo al fracaso

El miedo al fracaso resulta de la necesidad de autoafirmación de la personalidad. Desaparece cuando la personalidad es impregnada por el alma, pues el individuo, entonces, comprende que todo lo positivo y correcto que hizo, es, en verdad, realizado por energías internas superiores, actuando por su intermedio, y los hechos inadecuados son los realizados humanamente. Este reconocimiento trae paz al yo consciente y profundiza su entrega al yo profundo.

En Curas por la Química Oculta

En Curas por la Química Oculta, el Dr. José Maria Campos agrega: «El miedo es un estado instalado profundamente en la consciencia del cuerpo físico del hombre. Vivencias relevantes, en otras encarnaciones, debido a la acción poderosa de cataclismos naturales, muertes violentas provocadas por el fuego, por el agua y por representantes del Reino Animal, tanto como el hambre, pestes, enfermedades que mutilan, tensiones sobrehumanas, entre tantas otras situaciones, introducirán sus vibraciones en el nivel atómico del cuerpo físico, influirán parte de su estructura genética y se perpetuarán.

Como la materia terrestre se encamina a espacios más sutiles, y como la estructura del hombre, también, se distiende, tales núcleos pueden emerger, en parte, en la consciencia externa del ser. Cuando el individuo comienza a constatar, de forma más directa, ese material, pasa a vivenciar momentos de gran angustia y desesperación que sacuden, profundamente, su estructura psíquica.»

El individuo, cuando está unido a su propia esencia, nada teme

Como el miedo es una consecuencia de de haberse involucrado con las fuerzas de la materia y sus ilusiones, el individuo, cuando está unido a su propia esencia, nada teme. La limitación de la consciencia al ámbito personal, encierra la idea de posesión, hasta de los cuerpos mismos. Si la criatura silencia la voz de los apegos, de la curiosidad y de la posesividad, nada tiene que temer.