“De pequeñas acciones, sinceras y plenas de Dios, se construirá la gran fortaleza que sustentará al mundo”, decía San José el 28 de abril de 2016, en mensaje transmitido a través del vidente Fray Elías del Sagrado Corazón, de la Orden Gracia Misericordia. Esas palabras impulsaron a varios miembros de la Red-Luz de San Pablo a iniciar una actividad con el propósito de aliviar los sufrimientos que padecen todos los días los indigentes que sobreviven en las calles de San Pablo, esa enorme jungla de cemento de 11 millones de habitantes, en la región Sudeste del Brasil.

Así nació un servicio de almuerzo vegetariano que desde hace un año es asumido todos los domingos por uno de los 22 grupos que integran la Red-Luz de San Pablo. “Este primer año transcurrió sin que lo hayamos percibido, con muchas pruebas y desafíos que hemos conseguido superar en grupo”, comenta Moyses Tinoco, coordinador del grupo que asumió la tarea en mayo del 2016.

Destaca que durante ese periodo se han ido sumando muchos colaboradores, de diferentes caminos espirituales, que en comunión ecuménica han descubierto en esa oferta lo que San José avisó en su mensaje: “A medida que vayan creciendo en fraternidad y amor, su servicio irradiará a otras consciencias y despertará en los corazones un interés por conocer más a fondo las raíces que los mueven a servir con tanto amor. Ese ejemplo de verdadero servicio será una cura mayor para las almas y verdaderamente auxiliará a la humanidad”.

Moysés  confirma la vivencia de ese valor agregado diciendo que “en el momento en que servimos ese plato de sopa podemos sentir que estamos entregando también nuestro corazón, nuestra compasión, nuestra solidaridad, nuestro no juzgamiento, nuestra no crítica, nuestra aceptación del hermano tal como es, tratando de apoyar su tarea evolutiva”.

“Es difícil expresar en palabras esa fuerza que aparece y crea las condiciones para que la tarea se realice, para que podamos sentir a todos como iguales y para que podamos ver en el hermano asistido todo lo que pueden enseñarnos con su sola presencia para recibir”, complementa Concepción Martin, coordinadora de otro de los grupos de la Red-Luz de San Pablo que también colabora en este servicio que alcanza semanalmente a 150 personas en situación de calle.

“Siento que existe una comunión de propósito que crea entre todos los colaboradores una relación amorosa y fraterna para llevar a nuestros hermanos tantas bendiciones que recibimos de los Sagrados Corazones”, confirma Iany Moreira, otra colaboradora semanal.

El alimento es elaborado en un restaurante, cuyo propietario adhiere al servicio prestando sus instalaciones y poniendo a disposición a sus empleados para la preparación. Al comienzo y al final de la actividad, el grupo agradece a Dios por la oportunidad de cooperación con una sintonía espiritual.

Los interesados en sumarse a esta tarea de amor pueden contactar el email: redeluzsaopaulo@fraterinternacional.org