Una sonrisa

Los germinados son grandes adaptógenos. No exigen un contexto perfecto para su desarrollo. A pesar de que, en circunstancias normales, estas semillas crecen en terrenos amplios con mucha luz solar, lluvia y aire fresco para echar raíces y crecer hasta su madurez, cuando son cultivados en germinadores de cocina, ellos se acomodan para crecer juntos, apilados unos sobre los otros en un frasco de vidrio con apenas suficiente luz y agua para sobrevivir.  Todo lo que necesitan es una pequeña rutina de regado para adaptarse a estas circunstancias.  Este proceso de crecimiento lo hacen de manera muy alegre y entusiasta, de modo que, si los germinados y brotes tuvieran caras, o si pudiéramos ver en los planos etéricos, podríamos ver una sonrisa en cada una de ellas.

Esta simpática adaptabilidad nos es transferida cuando nos alimentamos de ellos. Del mismo modo que necesitamos de ritmo y rutina para normalizar nuestras vidas y procesos, incluso en las situaciones más difíciles, podemos adquirir fortaleza de nuestros pequeños amigos y coligarnos con nuestras potencialidades, dones y, aun más importante, con nuestro verdadero propósito en la vida.

Las semillas exhiben un atributo especial de unidad

En la tercera fase de la germinación las semillas exhiben un atributo especial de unidad en relación a su capacidad de consciencia grupo, aglomerándose, uniéndose en una red intrincada, buscando sostenerse unas a las otras. Si se dejan en el receptáculo donde crecieron, y no se transfieren, o se consumen, forman un bloque que puede ser difícil de extraer del recipiente en el que se encuentran.

Las semillas que quedan debajo de todas las demás, usualmente, se desarrollan menos y se donan con alegría y de modo incondicional para servir de sustento a aquellas con más posibilidades de desarrollarse. Es así como, durante el proceso de germinación, ingresamos, inconscientemente, a una escuela capaz de curar y rehabilitar nuestros registros de desconfianza, individualismo, egoísmo e indiferencia, transmutándolos por consciencia de unidad, humildad, trabajo en equipo, fe, alegría y esperanza por la vida.

Desde un paralelismo más espiritual

Desde un paralelismo más espiritual, lo que representa la semilla al iniciar su proceso de germinación se puede comparar al proceso que Jesús vivió en el monte de los olivos y en la cruz. Y,  nosotros somos semillas de la energía crística en el planeta. Es decir, hay un momento en el que la semilla se pierde así misma, tiene dudas y siente que está muriendo. Se resiste, al inicio, sin imaginar que no se trata de la muerte. Pronto resucitará y empezará a desarrollarse como brote. La muerte de la semilla será el nacimiento del árbol y de todo su potencial, pero… ¿cómo puede conocer esto la pobre semilla que nunca ha sido otra cosa? No tiene forma de saberlo. Del mismo modo que la semilla no puede imaginarse cómo árbol, el hombre no encuentra a Dios. Solo cuando el hombre ya no está, desaparece como personalidad, Dios desciende.

De allí la necesidad de que la semilla tenga fe y confianza en que el árbol nacerá a pesar de sus dudas, miedos, inseguridades, angustias y ansiedades dando un salto de fe, como el que dio Jesús en su entrega en la cruz. Como semillas, tendremos miedo a la muerte, miedo de sentir que estamos desapareciendo y perdiéndonos en la nada, sin manera de sobrevivir. En ese momento estamos obligados a rendirnos. Es por esto que, en los momentos críticos de transformación de nuestras vidas, el arquetipo de la semilla y el proceso de la germinación, colaboran brindándonos fortaleza para relajarnos, en profunda aceptación y confianza.

El hombre que se transforma en lo que realmente es

Transmutando nuestras resistencias para seguir los pasos de Jesús hacia su milagro más grande, que, a pesar de sus dudas, preocupaciones y sospechas, logró relajarse y rendirse hasta decir: “hágase Tu voluntad y no la Mía”. Fue ese el momento en que Jesús desapareció y nació CRISTO. El mismo proceso sucede en el hombre que se transforma en lo que realmente es: abandona el ego y desaparece como él mismo pero aparece en otro plano, transfigurado, renace en CRISTO, aquel que muere como semilla y se convierte en árbol.

Audio de Irdin: Visión ética y valor oculto de la alimentación (Visão ética e valor oculto da alimentação)
Audio completo: http://www.irdin.org.br/acervo/detalhes/5626
Tiempo del audio: de 27’49 a 32’15