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Campo de evolución superior

Por lo general, en los hogares falta la cualidad energética requerida para que las almas se sirvan de ellos como un campo de evolución superior. Incluso en los que todavía consiguen mantenerse organizados, se acostumbra a velar solamente por la evolución material y el mantenimiento de los patrones establecidos por la sociedad, frustrante para las almas. Así, las almas que tienen que realizar obras universales y extensas en el plano físico necesitan del contacto o de la convivencia con núcleos despojados de lazos familiares, donde tienen la oportunidad de diluir las afinidades inherentes al parentesco y liberarse de apegos.

A propósito de las relaciones en el grupo familiar

A propósito de las relaciones en el grupo familiar, tengamos en cuenta algunas conductas que podrían facilitar la convivencia, en sentido espiritual. Una de ellas sería que la persona sea responsable y cuidadosa tanto con los familiares como con los demás, evitando afectos especiales y apegos atrapantes, estimulados por los hábitos y la cultura tradicional. Otra conducta sería no provocar conflictos debidos a los intereses o caminos diferentes de los miembros de la familia, lo que es común en el desorden de los tiempos actuales.

Espíritu fraterno

Como gran parte de las familias se forman como escuela de perfeccionamiento y oportunidad de purificación, es probable que, si uno de sus integrantes actúa de forma inusitada y fuera de los patrones de la mayoría, irrite a los demás y provoque su rechazo. En estos casos hay que recordar  la imparcialidad, la neutralidad,  y desarrollarla. De esa manera se podrán evitar más fácilmente los conflictos, y el legítimo espíritu fraterno podrá prevalecer y expresarse de modo cada vez más universal.

Los vínculos familiares no son necesariamente limitantes, pero es raro que no lo sean. Uno de os pocos ejemplos que se conocen en que los miembros de un familia se ayudaron unos a otros despojados de la necesidad de experiencias humanas fue el de Santa Teresita de Lisieux. Los padres de Teresita de Lisieux  que tenían profundas aspiraciones espirituales, tuvieron nueve hijos, de los cuales solo cinco mujeres sobrevivieron, todas ellas adhirieron  una vida de consagración a Dios. Por las características que los integrantes de aquella familia, sin excepción presentaban, se ve que eran un grupo de almas dedicadas más a la expresión de energías espirituales superiores que a la  satisfacción de los deseos o a la realización de proyectos de orden personal, material y externo.

La institución familiar debería desempeñar el papel de primer instructor

En términos ideales, la institución familiar debería desempeñar el papel de primer instructor de aquellos que viven juntos, preparándolos para encontrar la propia regencia interna y para reconocer la parte que les corresponde en el progreso del mundo. Aún hoy, de manera general, la familia no está apta para cumplir dicho papel y el ser encuentra más obstáculos que  facilidades para percibir realidades universales en el campo afectivo y en el espiritual.

La familia como institución, está cargando un pesado karma, difícil de resolver si los que la integran permanecen en el nivel de los lazos de mera afinidad o de rechazo. Una parte de los problemas actuales de relaciones en familia se debe a esto; se debe, también al hecho de que como grupo social perdió el sentido para muchos.

Vida espiritual

Actualmente, cuando las instituciones creadas para ayudar a los seres inexpertos se desmoronan (como la familia, las religiones, el estado y otras), es necesario anhelar  la vida espiritual efectiva para emprender tal búsqueda por sí mismo y con el mínimo de apoyos externos.

 

Libro de Trigueirinho: Mensagens para sua transformação (Mensajes para su transformación), pág.31
Nombre del artículo en el libro: Como la familia puede convertirse en un campo de evolución.
Audio de Irdin: Conversaciones con Trigueirinho nº 521
Audio completohttp://www.irdin.org.br/acervo/detalhes/6207
Tiempo del audio: 21’01 a 23’17