La Vivencia Misionera organizada por los Misioneros de la Fraternidade – Federación Humanitaria Internacional presentó el martes pasado tres oportunidades de servicio: dos fueron en Carmo da Cachoeira, estado de Minas Gerais, Brasil (Galpón de San José y Casa de Acogimiento) y una a 40 kilómetros de allí, en la ciudad de Nepomuceno, donde fueron atendidos un orfanato y un asilo de ancianas. De esa forma, los 26 participantes del evento en curso se dividieron en tres grupos para dar cobertura a los frentes de cooperación.
El grupo que se trasladó a Nepomuceno llegó al orfanato en horas de la mañana, siendo recibido, con mucha algarabía, por los 11 niños allí acogidos, así como por los responsables y funcionarios del local. Enseguida fueron organizados subgrupos para desarrollar diversas tareas: dos voluntarias se encargaron de acompañar a los pequeños con diversas actividades recreativas, otros ayudaron en la limpieza del lugar y en la mejora de las instalaciones, por fin otros se ofrecieron para colaborar en la preparación de la comida. De esa manera, la mañana transcurrió en un ambiente de alegre armonía. Luego del almuerzo, los chicos ofrecieron a sus visitantes varias canciones en un improvisado coral, despertando aplausos y sonrisas. La visita finalizó con abrazos y pedidos de parte de los niños para que la misma se repita lo antes posible.
Después el grupo fue hasta el asilo del Grupo de las Samaritanas, donde alrededor de 40 ancianas pasan sus días en una experiencia grupal de solidaridad mutua. Allí, los voluntarios de la Vivencia Misionera desarrollaron servicios de escucha y de compartir momentos con las internas. Tuvieron la ocasión de servir la merienda y de orar la Coronilla de la Misericordia con las ancianitas del lugar. Posteriormente se despidieron y regresaron a Carmo da Cachoeira.
En tanto, otro grupo realizó diversas tareas de limpieza, mejoras y organización del Galpón de San José, el local donde los Misioneros distribuyen a las personas humildes ropas, calzados, artículos para el hogar, juguetes y otros objetos de donación. Otros participantes se dedicaron ese día a servir en la Casa de Acogimiento, lugar destinado a brindar asistencia a las personas que viven en la calle.
El miércoles 27, por la mañana, un grupo se dedicó a realizar mejoras en el Centro Mariano de Figueira, donde barnizó la Casa del Guardián. Otro grupo se encargó de armonizar la sede del Sitio de los Reinos de la Casa Luz de la Colina, limpiando las diferentes dependencias (salas, dormitorios de los animales -perros, gatos, aves- y toda el área externa). Un tercer grupo prosiguió con las atenciones en la Casa de Acogimiento. Por la tarde, todos asistieron al estudio de Trigueirinho.
