reunión de evaluación y clausura

Finalizó otra Vivencia Misionera organizada por los Misioneros de la Fraternidade Federación Humanitaria Internacional, en la ciudad de Carmo da Cachoeira, Minas Gerais, Brasil. La actividad, con frecuencia mensual, se desarrolló del 24 al 30 de julio y reunió a 12 voluntarios procedentes de diversas ciudades, quienes se sumaron a los 14 integrantes del equipo permanente de misioneros. Los participantes expresaron su agradecimiento por las oportunidades de servicio encontradas. “La experiencia te redimensiona, porque tus problemas quedan tan pequeños cuando vas conociendo otras realidades, son impulsos muy fuertes para ver al prójimo con otros ojos, para servir”, comentó Rafael Gama Corbeta, de Fortaleza, Ceará, durante la reunión de evaluación que se llevó a cabo el sábado por la noche, en Vida Creativa, una de las áreas de hospedaje de la Comunidad-Luz Figueira.

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asilo

En términos similares se manifestó Mara Fazio, de San Lorenzo, Minas Gerais: “es difícil expresar con palabras lo que uno siente después de tantos momentos de amor fraterno, de abrazos solidarios; de sentir en la mirada de esa ancianita su corazón agradecido por tan solo haber ido hasta ella a compartir unos instantes; de poder regresar a la infancia encendiendo sonrisas y alegría en niños huérfanos, de una forma tan simple, como lo son sus juegos. Delante de esas oportunidades solo podemos decir de todo corazón: gracias San José, gracias María, gracias Jesús, por cuanto nos dan”, sintetizó la voluntaria.

Blanca Teresa Costa Freire, de Coqueiral, Minas Gerais, compartió las vicisitudes que tuvo que pasar para, finalmente, conseguir participar de la Vivencia Misionera. “Tantas veces ya quise venir a participar pero nunca podía, o era una cosa o era otra y nunca se daba. Esta vez de nuevo parecía que no iba a poder, pero por si las dudas, decidí llamar por teléfono y plantear mi caso, que yo quería participar pero que no podía estar durante toda la semana y para mi sorpresa me dijeron que sí. Me embargó una gran alegría, llegué y me recibieron tan bien, aprendí tanto, que solo puedo estar inmensamente agradecida’, relató la voluntaria. “Yo quiero servir, quiero ayudar a María. Este grupo que formamos me enseñó mucho sobre la unidad, la fraternidad, y por todo eso estoy muy agradecida’, pontualizó.

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Casa de Acogimiento

«El ejemplo de donación total que ustedes dan -apuntó en otro momento Rafael, refiriéndose al trabajo de los Misioneros- nos inspira bastante, eso es muy bueno. Tanto en la Casa de Acogimiento como en la visita al hogar Betesda recibimos impulsos muy fuertes».

Los participantes de la Vivencia Misionera del mes de julio brindaron asistencia a personas sin techo en la Casa de Acogimiento (Carmo da Cachoeira), a niños de un orfanato (Nepomuceno), a personas ancianas que viven en casas de asilo (Nepomuceno y Carmo da Cachoeira), a personas que intentan dejar los vicios de las drogas y el alcohol (Varginha), así como a mujeres y familias necesitadas (Carmo da Cachoeira). Igualmente participaron de tareas de mejora en las instalaciones del Centro Mariano de Figueira y tareas de apoyo a los Reinos de la Naturaleza: armonización del Sitio de los Reinos de la Casa Luz de la Colina y servicios en el pomar del Núcleo Corazón Sagrado, sector de la Comunidad-Luz Figueira. Otro punto de servicio fue el Galpón de San José, donde apoyaron la armonización y organización del local de distribución de donaciones.