Caminhantes Venezuelanos

Ante la falta de perspectivas y condiciones mínimas de supervivencia y seguridad en Venezuela, muchas personas dejan todo atrás para poder recomenzar en otra nación.

La emigración forzada hacia los países vecinos crece cada día y Colombia es el país más buscado por los venezolanos. Alrededor de 1,4 millones de refugiados ya cruzaron la frontera, según una investigación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Por falta de dinero para comprar un pasaje de ómnibus, los inmigrantes venezolanos llegan caminando por carreteras peligrosas, La jornada exhaustiva es enfrentada por jóvenes, ancianos y niños que cuentan con la propia suerte y el apoyo de voluntarios para superar este peligroso desafío.

Los caminantes venezolanos se ven obligados a encarar situaciones extremas como cambios bruscos de temperatura y altitud, falta de comida y heridas en los pies causadas por el uso de calzado inadecuado.

Esta realidad es acompañada de cerca por los misioneros de la Fraternidade – Misiones Humanitarias Internacionales (FMHI) en Colombia. En acciones conjuntas con otras organizaciones humanitarias, los Misioneros de la FMHI ayudan en la preparación de las comidas, distribución de ropa, preparación de elementos para curaciones y en lo que pueda ayudar a los caminantes.

Solamente en Cúcuta, ciudad colombiana en la frontera con Venezuela, más de tres mil venezolanos llegan todos los días. Muchos entran en Colombia y siguen hacia la capital Bogotá, pero la mayoría continúa hacia Ecuador, Perú u otros países al sur del continente, en búsqueda de oportunidades

“La fe del pueblo venezolano es el mayor atributo de ellos para poder enfrentar esa tragedia en aquella nación. Todos los días pasábamos por las rutas y veíamos familias enteras caminando. La mayoría con los pies lastimados y pasando hambre muchas veces. Ellos dependían totalmente de las personas que pasaban por allí”, relata el misionero Tássio Tesser.

El agotamiento físico y emocional convierte el viaje en algo traumático para muchos. Una red de refugios y bases humanitarias dan servicio al os inmigrantes, pero el número de personas es tan grande que no siempre hay espacio para todos y muchos terminan durmiendo al aire libre.

Actualmente la Misión Humanitaria Colombia cuenta con diez misioneros de la FMHIAdemás del apoyo a los caminantes venezolanos, los voluntarios realizan talleres semanales de recreación con niños atendidos por la organización Bethany ubicada en la zona sur de Bogotá. Mientras los niños participan de las actividades con los misioneros, los padres reciben orientación psicosocial ofrecido por la institución.