El compartir de los alimentos se inició con una rueda de agradecimiento a Dios por toda la donación recibida. Fue de esa forma que el Grupo Red-Luz de Guarujá, ciudad del litoral del estado de San Pablo, Brasil, comenzó la tarea en la Comunidad Morrinhos IV.

El último 20 de diciembre, el grupo siguió su rutina semanal de captación y donación de alimentos que se destinan a la comunidad. Actualmente están registradas 86 familias. En la rueda de agradecimiento, siempre hay un diálogo con todos los participantes. Luego, cada familia retira un número, se forma una fila y se lleva a cabo la entrega de las donaciones recaudadas: frutas, legumbres, verduras y hortalizas.

Durante este mes de diciembre, se recordó junto a la Comunidad, el sentido espiritual de Navidad. «Quedamos sorprendidos porque muchos niños desconocen la celebración del nacimiento de Jesús. Solo conocen la fecha como «El día en que Papá Noel trae reglaos». El significado del pesebre también era un tema nuevo», relata Rosi Freitas; integrante de la Red-Luz

Los últimos serán los primeros

Cuando se distribuyen los números, las familias acostumbran a tener expectativa de conseguir los primeros números, o sea, siempre anhelan los primeros lugares de la fila. Teniendo esto en cuenta, el grupo hizo una experiencia: algunos días, se realizó la distribución de las donaciones en orden creciente y otros en orden decreciente..

Este cambio en el orden de la fila causó un movimiento interno muy fuerte en el sentido de aprender que «los últimos serán los primeros». Se percibió que los habitantes de la Comunidad se fueron volviendo más conscientes de que no existe ni primero ni último, sino la igualdad entre todos.

Regalo para los niños

En seguida del momento de agradecimiento, se pidió a todos los niños que regresaran porque había una sorpresa. El grupo separó las mejores frutas y ofreció un «regalo de Navidad» para cada niño: tres frutas de calidad perfecta. La alegría fue impresionante.

Un hecho muy significativo en ese momento fue cuando Rosi Freitas preguntó: «¿Quieren un regalo?» Todos eufóricamente respondieron que sí. Entonces ella contestó en tono de broma: «¿Y mi regalo, yo que voy a recibir?». En ese momento, el niño Adryan Oliveira, de 7 años, considerado el más «rebelde» a causa de su situación familiar, dijo «¡Un abrazo!». Rosi cuenta que recibió ese abrazo, no solo físicamente, sino también e el alma y en el corazón.

Según el filósofo espiritualista José Trigueirinho Netto; la abundancia en el sentido espiritual, «no significa gran cantidad, sino cantidad ideal con cualidad; es vibración espiritual viva, impresa en el mundo de las formas».

Francisca Santana, coordinadora del Grupo Red-Luz Guarujá, finalizó: «Percibimos que la donación es un ejercicio de desapego y de amor. Desarrolla una actitud de no crítica; nos volvemos menos rígidos, menos inflexibles, menos resistentes con relación a la vida y a las personas. En fin, hoy estamos agradecidos y con certeza de que solo el amor nos ayuda a desarrollar actitudes armoniosas».

Informaciones:

redeluzsaopaulo@fraterinternacional.org