Completamos aquí nuestra recorrida por algunos dominios
de esa energía densa y sombría del miedo

Completamos aquí nuestra recorrida por algunos dominios de esa energía densa y sombría del miedo, y buscamos no detenernos, en ninguno de sus aspectos, más de lo suficiente para reconocer su presencia negativa e interferencia en nuestra organización energético-material. Y reconocemos, aún, que sectores y consciencias contrarias a la evolución, hoy, la están manipulando, perversa y conscientemente, para alcanzar sus objetivos ocultos.


Liberación definitiva de la
consciencia humana y planetaria de esas energías más densas

Paralelamente a todo esto, existe una amplia y profunda operación cósmica para la liberación definitiva de la consciencia humana y planetaria de esas energías más densas, para que la humanidad, el Planeta y todos sus Reinos, entren en un nuevo ciclo evolutivo, tan esperado por la Vida Universal.

Mensajeros Divinos, Instructores o Profetas

Y como en general existe poco interés humano y disposición real para ampliar los estrechos límites de la vida y de la consciencia terrestres, y transponer, con madurez, los portales que nos  separan de esa otra Vida Mayor, así, de tiempo en tiempo, se manifiestan entre nosotros los Mensajeros Divinos, Instructores o Profetas, encarnados en cuerpos físicos o sólo en consciencia, para instruirnos al respecto de esas realidades sutiles, y de nuestra preparación para alcanzarlas y vivirlas.

Como el alcance de nuestra comprensión es aún limitada para ese mecanismo de contacto, los nombres con los que se dan a conocer son los de personajes que nos son familiares, lo que facilita su reconocimiento y aceptación. Así se expresan, hoy, los Mensajeros Divinos que identificamos como Cristo, María, la madre de Jesús, y San José. Y en el Mensaje de San José, del 14 / noviembre /2015, Él nos instruye con precisión de Maestro.

Transcribiremos abajo algunos parágrafos seleccionados:

Aprender a amar

Mientras que el mundo agoniza, les pido que no vivan más de manera común. Que a todo instante clamen al Padre para que Su Misericordia sea mayor que Su Justicia y que aquellos que están ciegos en el mundo puedan despertar.

Les pido que ya no exista en sus cuerpos el cansancio que les impida cumplir con un pedido de oración de los Mensajeros Divinos. Dios les está entregando todo, inclusive a Su Hijo, para que puedan abrirse las puertas de la redención para la humanidad.

Mis queridos, el terror, el miedo, el odio y el rencor entre los hombres siguen esparciéndose por el mundo como una gran plaga en los corazones. ¿Quién de ustedes está respondiendo a Mi pedido de perdonar y de reconciliarse con el prójimo? ¿Quién está venciendo el rencor de su propio corazón para disipar ese mal de la humanidad?

Mientras ustedes están distraídos y con tanta facilidad se olvidan de los pedidos de los Mensajeros Divinos, el enemigo no descansa ni se olvida de su meta de hacer desaparecer de los corazones humanos la posibilidad de amar.

Les pido que estén más atentos y no permitan que ningún rencor sea mayor que el amor en sus corazones. Que el amor derramado por Dios en su interior sea siempre poderoso y los impulse a seguir adelante, batallando para que aprendan de una vez por todas a amar y a perdonar.

Cuando les pedí la campaña para disipar el odio del corazón humano, no fue solo para que viviesen una bella experiencia y que simbólicamente enviasen su amor a sus hermanos de Medio Oriente. Les pedí esta campaña porque los Planes de Dios corren el riesgo cuando el amor se va extinguiendo de la consciencia humana.

El amor es la esencia de la vida en la Tierra; si no hay amor, no tiene sentido la existencia de la humanidad.

Lo que sucede hoy en el planeta está esparciendo con mucha velocidad el odio, la ira y el rencor en todas las criaturas del mundo entero. Es tan fuerte el impulso involutivo del enemigo, que el odio disuelve de los corazones la posibilidad de amar.

Por eso hoy, no solo les pido sino que también les ruego, que se perdonen los unos a los otros, que se reconcilien, que sean misericordiosos, que se sirvan mutuamente, ¡que se amen! Ámense como humanidad, como Creación de Dios, como parte viva de Su Corazón Sagrado.

No permitan que el enemigo les haga creer que el terror que se imprime en el mundo es mayor que su posibilidad de amar, porque el amor verdadero destierra el mal y lo hace desaparecer.

Confíen en su potencial de amar y transfórmenlo en una virtud celestial viva dentro de todos ustedes.

Los amo, y por eso estoy aquí. Confío en la humanidad como proyecto de Dios. Confío en el amor que habita en sus corazones y que ustedes desconocen. Es hora de aprender a amar.

Fin del tema: Miedo

Y la Consciencia de María en su Mensaje del día 15/julio/2016 nos instruye así:

Queridos hijos:

La humanidad terrorista no conoce el poder de la Justicia de Dios en este tiempo y ella misma se lanza al vacío, derrumbando todos los principios de una verdadera humanidad.

El pánico y el miedo abrazan a muchos corazones porque el tiempo del Apocalipsis ya comenzó. Cosas inimaginables ya se ven en las calles del mundo y el temor ahoga a la mayoría, que es indiferente y que no reza.

Los corazones parecen perder el sentido de su existencia y le temen a la muerte que es generada por el terrorismo que fue creado.

Parece que la llama de la fe se apaga de a poco y las almas que no Me aceptan están desprotegidas y sin Mi amparo. La hora del caos ya llegó y muchos prefieren negarlo por no querer enfrentar su propia realidad.

Las miserias parecen multiplicarse más que las rosas, y el valle se torna un escenario de constantes ultrajes.

La humanidad siente el despertar, pero luego se desvía perdiendo el sentido de su verdadero camino de redención.

Todos ofenden a Dios en algún grado y, cuando la mayoría se separa de Dios, eso compromete la vida de todos.

Este tiempo difícil y cruel se precipita sobre los que están caídos espiritualmente y las bombas y los atentados explotan frente a sus rostros.

Nadie acude a Dios y todos se pierden en las tinieblas. Mientras esta separación de los corazones sucede por no pensar ni un segundo en Dios, Yo lucho día y noche junto a Mis huestes contra los planes de Mi adversario.

Nadie conoce el poder de la Justicia de Dios; mientras haya tiempo, arrepiéntanse y pidan perdón por los que ofenden y ultrajan el Corazón de Dios.

Oren con más consciencia y determinación para que las pruebas mundiales que se avecinan no vuelvan a sorprender a la mayoría.

Mi Corazón vuelve a sentir el dolor del mundo y las causas de tanta indiferencia humana. Solo rezo por ustedes y por todos Mis hijos para que estén preparados y así puedan enfrentar el tiempo final.

¡Les agradezco por acompañarme!
Por la paz en los tiempos de atentados,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz