Miércoles, 21 de febrero

Caminos intransitables

La intensa lluvia que, durante toda la mañana, cayó sobre la ciudad de Tartagal impidió al grupo de la Misión Confraternizar ir a las comunidades indígenas, las cuales, están localizadas en las afueras, debido a que los caminos, de tierra, quedaron intransitables.

Hacia el final de la tarde, cuando la lluvia ya había cedido, algunos miembros de la delegación fueron a verificar la situación de la comunidad Fwolit. Pudieron comprobar que el muro de contención de las aguas había funcionado bien. Distribuyeron alimentos de donación, como panificados, arroz, fideo y leche.

Jueves, 22 de febrero

Niños muestran gran talento artístico

Los misioneros retornaron a la comunidad wichi El Mistol, uno de los treinta núcleos indígenas localizados en los alrededores de Tartagal. La etnia wichi es una de las siete que sobreviven en la región, desplazadas de su habitat natural: la selva y las cuencas de los ríos.
Cuando el grupo misionero llegó encontró a los niños barriendo el lugar y preparando el ambiente para recibir a los visitantes. Algunos misioneros se ocuparon de atender a los perros y gatos, con vacunas y antiparasitarios, mientras los demás se dedicaron a preparar el desayuno. Después ofrecieron clases de higiene bucal. Posteriormente, se organizaron actividades recreativas con pinturas y masas de modelar. Los pequeños mostraron mucha habilidad y talento artístico. Poseen buena coordinación motora y no son ansiosos.

Mientras, algunos misioneros fueron a visitar otra comunidad wichi llamada El Quebracho, muy próxima a la anterior. Ambas se encuentran al costado de la ruta 86, a cinco kilómetros de Tartagal. El lugar presenta condiciones más precarias: viven en improvisadas chozas de plástico, sin agua potable ni saneamiento básico. Se conversó con el cacique, Isaías Fernández, a quien se explicó la propuesta de la Misión Confraternizar. Se distribuyó alimentos de donación.

Viernes, 23 de febrero

Encuentro de confraternización

La Misión Confraternizar organizó en la comunidad Fwolit una reunión de confraternización entre las comunidades wichi de la zona. El encuentro fue preparado, a pedido del cacique anfitrión, Modesto Rojas, a fin de intentar trascender las diferencias que distanciaban a esas comunidades.
Infelizmente, la iniciativa no prosperó ya que solo acudieron, tímidamente, algunos niños de la comunidad El Mistol, quienes permanecieron por breves instantes y luego se retiraron. No obstante, quedaron sembradas las semillas de reunificación que en algún momento germinarán y darán sus frutos, al decir de Rosi Freitas, integrante del grupo misionero de la Fraternidade – Federación Humanitaria Internacional. En consecuencia, solo estuvieron los miembros de la comunidad Fwolit, unos 100 indígenas, entre niños, jóvenes y adultos.

Se montó una mesa con artículos de donación (abrigos, ropas diversas y calzados para grandes y chicos) para que las madres retiraran lo que precisaban. También se entregaron bolsas con donaciones a algunas familias, cuyas necesidades ya habían sido relevadas previamente y un colchón para un niño de 5 años con necesidades especiales.

Al final del encuentro, el cacique pronunció un discurso de agradecimiento al grupo misionero por toda la ayuda, material y espiritual, que habían recibido y entregó una carta en la cual reconoció, en nombre de toda la comunidad, todas las muestras de solidaridad.