La Fraternidade – Federación Humanitaria Internacional desarrollas distintas actividades orientadas a los refugiados en los cinco refugios que administra en Roraima, estado brasileño que más recibe a la población que huye de la crisis en Venezuela. Entre las actividades muchas son educativas, realizadas en asociación con el ACNUR – Alto Comisionado de la Organización de las Naciones Unidas para los Refugiados, y aplicadas por educadores sociales, voluntarios de la Fraternidade.

Talleres de arte, de rueda musical, de alfabetización integradora de,  portugués interactivo, de refuerzo escolar, recreativas, deportivas y de huerta agroecológica son algunas de las principales en este campo. Los responsables por estos programas educativos destacan que ellos colaboran “para la promoción de la resilencia psicosocial en este escenario de visible vulnerabilidad”. Partiendo de esto, es posible reconstruir “diariamente un ambiente acogedor para la adquisición de habilidades y desempeños intelectuales, emocionales e interrelacionales que comenten la esperanza junto a aquellos cuya única perspectiva, en casos excepcionales, es recomenzar”.

En la Refugio Pintolandia, localizado en Boa Vista, capital de Roraima, y donde están refugiados venezolanos indígenas, más de 100 niños y jóvenes participan de distintas actividades educativas diariamente. En un corto video, un incuestionable Taller de Huerta Agroecología, impartido por Fray Antonio Jazmín del Divino Espíritu, voluntario de la Fraternidade, que fue recibido con agrado por los niños del Refugio, como el pequeño Yordí Gonzáles. La actividad estimula en los niños también el respeto y la armonía con el medio ambiente.