Del día 7 al 9 de julio, el Grupo de la Red-Luz Paraguay participó de la 4.ª Misión en siete comunidades indígenas en la región de Ciudad del Este, en la triple frontera con Brasil y Argentina.

Pedido de María
La Misión Humanitaria en Paraguay fue un pedido de María en una aparición del 2016. En ese miso año, entre los meses de junio y julio, tenía lugar la primera misión con los misioneros de la Fraternidades – Federación Humanitaria Internacional. A partir de allí, los grupos de la Red-Luz local junto con los miembros de la Red Misionera Planetaria, asumieron el trabajo y, cada dos o tres meses, realizan nuevas acciones en las comunidades, que son consideradas de extrema pobreza.

Donaciones
No siempre las donaciones suplen las necesidades de las siete comunidades, y en algunas ocasiones solo pudieron ser atendidas dos de ellas. Allí las personas pasan hambre, pues viven del reciclaje de la basura y no cuentan con ayuda del gobierno. Para conseguir donaciones para la misión, el grupo vende artículos usados y se organiza enviando fotos y videos solicitando ayuda. «Las comunidades están confiando cada vez más y con la misma disposición y entusiasmo que nos recibieron la primera vez. Nos alegra el alma ver la alegría de ellos, especialmente, cuando comemos juntos», dijo Faustina, coordinadora de la Red-Luz Paraguay y de las misiones.

Son alrededor de 25 familias atendidas en cada comunidad y los misioneros cuentan que todo transcurre con mucha alegría, principalmente, de parte de los niños. Palmira Bilibio participó en la Misión Paraguay por primera vez: «realmente, fue una integración, todo muy armonioso, cada cual en su función, con mucha dedicación y entrega. Somos hermanos de alma».

En esta cuarta misión se distribuyeron 20 canastas con alimentos (arroz, porotos, fideos, azúcar, aceite, sal y hierbas) para cada comunidad, además de ropa. Se realizaron atenciones odontológicas y médicas, con diagnósticos y medicación básica; corte de uñas y cabello, tanto de niños como de adultos.

«En cada misión pasamos el día con la comunidad y sentimos la expectativa de ellos durante la distribución de ropa y de alimentos. Cocinamos y comemos con ellos, lavamos, cortamos y despiojamos su cabello. Pintamos, cantamos, jugamos con los niños, los odontólogos enseñaron la forma correcta de cepillarse los dientes», explicó Faustina.

Además de los miembros del grupo Red-Luz, también participaron colaboradores voluntarios y amigos de integrantes del grupo. En esta cuarta misión el grupo notó que la acogida y la recepción de las comunidades eran diferentes. «Allí se formó un vínculo de confianza y están con más apertura y menos timidez. La despedida es siempre con una pregunta en la mirada: ¿cuándo vuelven?», agregó Faustina.