Una hermosa coyuntura musical surgió en la Comunidad-Luz de la Hermandad, Córdoba, Argentina, del 19 al 21 de enero, donde se llevó a cabo un encuentro de hermanos dedicados al servicio a través de la música.

Se contó con la presencia de José Carlos Bago d’Uva (regente del Coral de la Comunidad Luz Flor de Lys de Portugal), trece miembros del coral de la Red-Luz de Buenos Aires y miembros del coral de la Comunidad-Luz de la Hermandad.

Canto al Castísimo Corazón

La primera oferta del coral fue ensayar el Himno a San José, recibiendo de Él Su bendición paternal para este encuentro.

Se compartieron y trabajaron diferentes ejercicios vocales y al finalizar el día se ofreció la canción a la Madre Universal, a través de la transmisión por el canal de Orando por la Paz, donde se ora a pedido de la Madre Divina todos los sábados por la Argentina, Paraguay y Uruguay.

La voz del corazón

En el segundo día, después de un estiramiento y calentamiento vocal, lo cual es parte fundamental para el trabajo coral, José Carlos compartió con el grupo diferentes ejercicios didácticos para unificar las voces, interpretar la esencia de las diferentes piezas y reconocer el potencial que existe en cada uno para colocarlo luego al servicio.

 

Se trabajaron dos canciones bajo la dirección de Juan José Callá (coral de Buenos Aires), y una de ellas fue ofrecida por la noche en la Oración por las Naciones de México, Centro América y el Caribe. Se sintió fuertemente que esa canción (Dona Nobis Pachem) fue ofertada con el corazón, generando un armonía muy especial, lo cual los hermanos de México agradecieron profundamente.

Oferta fraterna

Una especial alegría inundó el trabajo del tercer día. Entre juegos musicales didácticos, canciones y unidad grupal, una sonrisa se dibujó en el rostro de cada coralista, sellando así la certeza de que la música une, cura y colabora en la elevación de las almas y corazones.

“Fue un encuentro con mucha alegría. Estuvimos trabajando prácticamente todo el tiempo con la música, con el sonido, pero también trabajamos la hermandad, la fraternidad, todo lo que nuestros corazones sienten vivir. Este encuentro marcó un antes y un después en nosotros, en nuestro trabajo coral y en nuestro trabajo como hermanos.”, comenta Roxana Nogueira, miembro del coral de Buenos Aires.

El encuentro terminó con la Comunión ecuménica, alabando la presencia de Cristo a través de las fervorosas voces que entonaron el canon “Per Crucem”, ofertando así la fraternidad vivida en esos días al Padre Creador.

“Siento una inmensa gratitud, primero al Universo por haber proporcionado esta oportunidad de sentir que no hay fronteras en este planeta, de que somos todos hijos del mismo Padre, que somos parte de una misma fraternidad que siente el propósito del Único y para Él trabaja a través del servicio abnegado, en este caso a través de la música que ofertamos.”, concluye José Carlos.