Un clamor profundo de los jóvenes por la paz en el planeta. Esta, tal vez sea la mejor definición para el Festival de la Juventud por la Paz que se realizó el domingo 29 de julio, en el Parque Ciudad de Buenos Aires, Argentina, de 9 a 21 hs.

En su séptima edición, el evento fue el primero realizado fuera de Brasil, marcando una etapa de conexión internacional entre jóvenes que integran este movimiento. El Festival es parte de la Campaña de la Juventud por la Paz que, en su esencia, intenta activar el sentido del reencuentro espiritual, en la consciencia, por medio de la música, el arte, la oración, el servicio humanitario y el amor a los Reinos de la Naturaleza.

Una de las características del Festival de Buenos  Aires fue la elevada calidad musical. Esta afirmación se refiere no solo al aspecto de una técnica depurada, sino también en el mensaje de amor y paz presentes en la presentación de cada grupo.

Se destacaron en la actividad músicos de la Argentina, Brasil, Chile y Uruguay. En el requisito de diversidad de estilos, igualmente, el festival, no dejó nada que desear: presentaciones como Indra Mantras y Dhaas Melodías devocionales trajo impulsos devocionales de la espiritualidad de oriente. El grupo instrumental Aqualáctica aportó la belleza de un estilo muy autoral, que transitaba entre lo clásico y lo progresivo. Y hacia el final, la cantante chilena Romina González condujo a todo el público presente a un estado de  profunda conexión crística.

Ser hospitalario

Otro momento importante del evento fue la mesa redonda, que hizo  una reflexión sobre el atributo del evento: «Ser hospitalario con todos». El punto de partida de este debate fue la charla de la experiencia misionera de jóvenes en lugares de agudas necesidades planetaria. De acuerdo con Fray Thomas, monje de la Orden Gracia Misericordia y uno de los responsables que acompañó el Festival, el principio de hospitalidad es un aspecto principal de la Campaña de la Juventud: «La enseñanza de los grandes seres que pasaron por la Tierra, es muy claro. Cristo nos enseñó que somos todos hermanos, unidos por la misma filiación divina. No importa la cultura, religión, nación. Lo que vale es el reencuentro con el otro en espíritu de fraternidad y amor, ver la diversidad como algo que embellece el estar juntos; y que la búsqueda colectiva del bien, de la paz y la elevación de la consciencia devuelve la capacidad humana de transformar el mundo».

Galería de arte

Otro punto de irradiación de la cultura de la paz del Festival fue la galería de arte, que presentó diferentes obras como mandalas, pinturas en diferentes técnicas y también una exposición fotográfica sobre miradas de paz. Siguiendo la tradición de las ediciones anteriores, el Festival de Buenos Aires concluyó con la Comunión Ecuménica ofrecida a todos los presentes por los monjes de la Orden Gracia Misericordia.

El Festival de la Juventud por la Paz tuvo dos transmisiones por misericordiamariatv.org: a las 11 y a las 17 hs (horario de Argentina). El evento fue organizado por los propios jóvenes, y cuenta con el apoyo de la Fraternidad – Federación Humanitaria Internacional y de la Asociación María.

La octava edición del festival se realizará en San Pablo(SP), Brasil, en octubre próximo.

Más informaciones: www.juventudepelapaz.org