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Estar ante cada individuo como la primera vez

La tendencia de crear rótulos, patrones meramente externos que caricaturizan los hechos y las personas, tiene que superarse para llegar al interior y a la verdad de una situación. Es necesario ser capaz de estar ante cada individuo como la primera vez, sin proyectar sobre él las propias ideas preconcebidas o dejar que las ideas creadas por los demás influyan en ese contacto.

Trascender esa tendencia de crear rótulos es fundamental, pues solo así se puede colaborar con la disolución de formas pensamientos que impiden  el trabajo de cura de estructura energética de los individuos.

Cuanto menos se remarquen o confirmen esas limitación,
más puede emerger la verdad

Principalmente, cuando se convive algún tiempo con otras personas, la mente comienza a marcar: «yo soy así», «él es de esta manera», lo que va creando capas que contribuyen a confirmar el estado en el cual se encuentra. El discernimiento, evidentemente, ya debería estar depurado para abandonar dicha inclinación sin perder el equilibrio. Es necesario reconocer también los hábitos de la persona teniendo en cuenta que es un ente inmortal, cuya existencia profunda, el alma, está desprovista de idiosincrasia. Cuanto menos se remarquen o confirmen esas limitación, más puede emerger la verdad.

La transformación y la elevación de la mente humana

Aunque pocos, hasta el día de hoy,  hayan alcanzado la transformación y la elevación de la mente humana, el hecho de que este proceso ya se haya iniciado, en cierta medida, es algo de valor inestimable para la evolución de la humanidad.

Cuando una definición, por ejemplo, consigue hacer que la mente se aquiete y pueda estar receptiva a la luz interior, ella se beneficia; pero no se puede dejar que la mente se acomode o cristalice, pues una definición es limitada, y aunque verdadera en cierto nivel, se revela falsa o incompleta en un nivel superior.

Intentar abrirse al misterio

Si la mente indaga, que dirija sus preguntas al centro del ser, y lo que de él emerja, tendrá como resultado un trabajo fructífero, incluso que sea el total vacío. Al aprender a escuchar lo que proviene de este centro, la mente recibe las emanaciones positivas de niveles libres de la ilusión. Mucho, probablemente, no obtendrá definiciones, pero si fuera tocado por el silencio omnisciente, compartirá una existencia en la que todo es conocido. De esta manera las dudas se deshacen. Querer respuestas listas y acomodarse a ellas es un vicio de la mente. El trabajo que la mente debe realizar ante lo desconocido es intentar abrirse al misterio.

En el camino de la perfección, dejarse ir adelante es retroceder

Hay límites que la mente humana no debe traspasar. Todo saben esto, pero es necesario que al encontrarse con esos límites, pongan en práctica las enseñanzas espirituales, sino no es posible continuar la jornada sin percances. San Juan de la Cruz afirma de modo claro y directo: «En el camino de la perfección, dejarse ir adelante es retroceder».

Una voluntad férrea se requiere para trascender la mente y los temores que ella alimenta. Si no hubiere fe no se pueden superar ciertas pruebas. La fe es una energía cuyo poder la mayoría desconoce. Quien es poco experto en los senderos de ascensión, la mira con desdén, mientas que quien ya cruzó determinadas fronteras se inclina delante de ella con reverencia, pues no existe mayor bien para los que asumen la evolución.

Para san Juan de la Cruz la fe es fuente que emana, incluso delante de las noches del alma; una eterna fuente escondida, pero que sabemos bien donde tiene su guarida. Además dice: «Los cielos y la tierra beben de ella, aun de noche».

La fe es fuente que emana, incluso delante de las noches del alma

Artículo de referencia: Jornal O Tempo, 22 nov., 2015
Nombre del artículo: La mente debe estar receptiva delante de la luz interior
Audio de Irdin: Conversas com Trigueirinho nº 24
Audio completo en: http://www.irdin.org.br/site/produto/001919/