Zapatos hospitalarios desechables transformados en mascarillas, bolsas tipo ‘refrigerante’ llenas de gel de alcohol, botellas de material termoplástico con agua y detergente, estas fueron alternativas encontradas por los colaboradores del Grupo Solo por Amor (SOPA) de Red-Luz San Pablo, ante las necesidades impuestas por la pandemia, para continuar atendiendo a decenas de personas sin hogar y habitantes de casas tomadas en el centro de San Pablo y en el barrio Brasilândia, que actualmente presenta el mayor número de contagios y muertes por COVID-19.

El grupo existe desde hace cinco años, y llegó a servir, todos los domingos, 300 sopas veganas acompañadas de pan. Pero con la llegada de la pandemia, siguiendo las pautas sanitarias y para salvaguardar la salud de los colaboradores, que ahora suman treinta miembros, comenzó a distribuir alimentos calientes y canastas de artículos básicos. El trabajo se lleva a cabo gracias a las diversas alianzas fortalecidas a lo largo de los años: Restaurante ToyaVegana, Matilha  Cultural, ONG Naturaleza en Forma, Cafetería James, Restaurante de Salim , panaderías de la región y varias personas que ofrecen este servicio de amor y donación.

Con dedicación y esfuerzo pudieron apoyar económicamente, en dos ocasiones, a la Comunidad Lapidar, que trata a personas que quieren dejar el alcohol y las drogas. Desde el comienzo de la pandemia, la Comunidad tuvo un aumento significativo en el número de personas atendidas y una fuerte disminución en la captación de recursos financieros.

“Gracias al amor manifestado por cada miembro del grupo, a través de sus oraciones y generosas donaciones económicas, en los últimos meses hemos logrado permanecer presentes en nuestra actividad original de apoyo a las personas en situación de calle y aun así expandirla enormemente. También pudimos identificar y apoyar a los miembros del propio grupo que, ante la situación inesperada, necesitaban ayuda económica y empleo”, expresa con entusiasmo Moysés Tinoco da Fonseca, coordinador del Grupo SOPA.

Incluso durante el aislamiento social, en nombre del amor, los miembros del grupo permanecen unidos.