Casa Luz de la Colina, afiliada a la Fraternidade – Federación Humanitaria Internacional, organizó un encuentro lúdico en la Escuela Municipal Prof. Wanderleia Aparecida do Prado Nascimento, de Carmo da Cachoeira, Minas Gerais, Brasil.  Participaron un centenar de niños y adolescentes del barrio San José, donde la institución educativa se encuentra ubicada, y de otros barrios de la comunidad.

Diversos talleres formativos y recreativos congregaron la atención de los menudos bajo el lema: “Sembrando la Nueva Vida”, título del evento. Un equipo de 25 voluntarios y monjes de la Orden Gracia Misericordia se encargó de coordinar las actividades desplegadas en diferentes ambientes de la escuela.

Alegría espontánea

Poco antes de las 9.00 horas, del sábado 20 de mayo, los participantes comenzaron a llegar, tímidamente, de a uno o en grupos pequeños, y varios lo hicieron en compañía de la mamá o de algún otro adulto, que se despidieron de ellos en el portón del local para volver a buscarlos al final del encuentro. Una fina e intermitente llovizna instaló un clima melancólico, invitando a la introspección y a la búsqueda del ser profundo. La espontánea alegría infantil, sin embargo, rápidamente disolvió cualquier tentación de recogimiento. Miriam Galvão, coordinadora del evento, explicó que el objetivo fue ofrecer a los chicos una opción que los saque de la rutina de la televisión y del celular.

Con el apoyo de lápices de colores, pinceles, pinturas, cartulinas, pegamentos, hojas blancas, tijeras y otros útiles, niños de todas las edades, jóvenes y adultos, en armoniosa integración, dieron rienda suelta a su creatividad por espacio de dos horas y media. Un grupo de cinco voluntarios acercó a todos los grupos la magia de la música, con animadas canciones espirituales acompañadas con guitarras. En una de las salas hubo proyección de documentales y dibujos animados de concienciación sobre la importancia de los Reinos de la Naturaleza y la necesidad de una relación amorosa con los mismos. Algunos tomaron contacto con el Reino Vegetal, preparando macetas y cultivando semillas de varias especies. En tanto, en el polideportivo los participantes se entretuvieron con juegos grupales.

Semillas de luz

 “Estoy bastante sorprendida con la manera como todos, desde los más pequeños hasta los más grandes, se involucran desde el principio hasta el fin. Es la primera vez que participo y me alegra ver la respuesta que observo”, comentó Eduarda Fernandes Crespo, ayudante en las clases de Artes, en la escuela Wanderleia.

“Es un trabajo muy bueno que se realiza con los niños, que normalmente no tienen una oportunidad como esta durante el año lectivo”, opinó Edison Olimpio, padre de Nicole y Gabriel, dos alumnitos de la institución anfitriona.

Para Michela Christo, una de las monitoras del encuentro, la actividad sembró una semilla de luz en el interior de cada participante. “Aquí ellos tienen la oportunidad de aprender y ejercitarse de manera libre, sin imposiciones, de trabajar en equipo,con armonía, sin ansiedad, olvidándose del tiempo”, dijo.

“Hubo un intercambio muy positivo, porque no fueron solo los adultos enseñando algo sino también recibiendo de ellos esa vitalidad que contagiaba alegría, en un ambiente muy fraterno”, consideró Ivana de Freitas Pereira, otra de las monitoras voluntarias.

Maluh y Analia Calmon, monitoras, coincidieron en que se trató de una jornada muy constructiva que permitió suplir una gran carencia de los tiempos actuales: la falta de atención y de contacto amoroso de los adultos con los niños.