En la calurosa mañana del 7 de noviembre, un flujo ordenado, silencioso e inusual de tutores con sus perros y gatos renovó los aires de una calle tranquila en Carmo da Cachoeira, al sur de Minas Gerais, Brasil. Fue el comienzo del primer trabajo voluntario de castración de Casa Esperanza, anunciando los cambios esperados en el escenario de protección animal y salud pública de la región.

Poco a poco, pequeños grupos ingresaban en una casa pintada de verde claro, no por casualidad el color, asociado a la cura y a la esperanza. Con máscaras y manteniendo el distanciamiento social, las personas se colocan en las manos alcohol gel y son recibidos con sus animales por unos voluntarios atentos. En este ambiente de acogida fraterna, armonía y respeto por las normas sanitarias, todos podían esperar con tranquilidad y seguridad hasta que fueran atendidos.

Se pesaban los perros y gatos y recibieron una preanestesia antes de ser llevados al quirófano. Después de la intervención, realizada por una veterinaria experimentada, asistentes cariñosos los colocaban sobre mantas y los monitoreaban hasta que despertaban.

Casa Esperança

Pero, ¿qué es Casa Esperanza y qué hace que su trabajo sea especial?

Casa Esperanza está vinculada a Casa Luz da Colina, una asociación sin fines de lucro de carácter filantrópico y benéfico, afiliada a la Federación – Fraternidad Humanitaria Internacional (FFHI). Con el objetivo principal de aliviar el sufrimiento, la institución Casa Luz da Colina opera desde hace más de diez años en el auxilio de los animales.

“Nuestra tarea con el Reino Animal, que será llevada adelante y será profundizada con la apertura de Casa Esperanza, se rige por los principios del amor, del voluntariado y del servicio abnegado. Este trabajo, apoyado íntegramente por contribuciones espontáneas, se centra en los animales de la calle o de familias pobres de Carmo da Cachoeira y ciudades vecinas”, explica Juan, uno de los responsables de la Casa Esperanza.

Casa Esperanza espera realizar, obteniendo las colaboraciones necesarias, encuentros mensuales de voluntarios para hacer castración, atención veterinaria y cirugías ambulatorias de forma gratuita y voluntaria, siguiendo el principio espiritual de la donación que guía todas las actividades de Casa Luz de la Colina y de la Fraternidad – Humanitaria ( FFHI). Además, trabajará para concientizar a la población sobre la adopción y custodia responsable de animales.

Poniendo fin al abandono

Según la Asociación Mundial de Veterinaria, hay alrededor de doscientos millones de perros abandonados en el mundo. En Brasil, según un estudio publicado por la Organización Mundial de la Salud en 2014, había treinta millones de animales abandonados, de los cuales veinte millones eran perros y diez millones eran gatos.

Existen dos causas determinantes de esta desoladora situación: la reproducción no deseada por la falta de políticas públicas de control ético de la población animal y el abandono por parte de los tutores.

Desafortunadamente, con la pandemia, el número de animales domésticos rechazados ha aumentado aún más, como lo atestiguan el Consejo Federal de Medicina Veterinaria y organizaciones no gubernamentales.

En el Brasil, el abandono de animales es un delito de malos tratos, tipificado en el artículo 32 de la Ley de Delitos contra el Medio Ambiente (9.605 / 98). La pena es de tres meses a un año de prisión y multa. A pesar de ello, en la mayoría de los casos este acto queda impune.

Ante esta situación, para que el número de animales itinerantes no siga creciendo exponencialmente, es necesaria una mayor inversión pública en esterilización y campañas socioeducativas.

Amor y prevención

Una perra y su descendencia pueden criar hasta 67.000 perros en cinco años. Así, al esterilizar 30 perras al mes, en un año se hubiera podido evitar el nacimiento de 24.120.000 caninos errantes, evitando que esta potencial población de seres indefensos e inocentes sufra hambre, sed, frío, enfermedad, miedo, maltrato, accidentes e indiferencia en las calles.

Al actuar sobre la raíz de estos problemas, se espera que Casa Esperanza sea una nueva fuerza propulsora para sembrar el amor y el respeto por el Reino Animal en la consciencia de la comunidad y cambiar el destino de innumerables cuadrúpedos.

Para más información contactar: secretariareinos@casaluzdacolina.org.br