Lo que está abajo es como lo que está arriba

Abre tu corazón y vacía tu mente,
para poder comprender y vivir los misterios de la Creación.

En esa apertura podrás penetrar la esencia del conocimiento,
y todo lo que es sagrado en el Universo no llegará a ti
solamente como información, 
sino también
como códigos de Luz que despiertan
en tu ser para transfigurarte. [i]

[i] mm 16.08.12 – La sigla mm significa Mensaje de María, la secuencia 16.08.12 significa día 12/Agosto/2016.
Ver el mensaje completo en el site www.divinamadre.org

 

La ciencia humana fue capaz de abordar hasta ahora solo las manifestaciones más externas del elemento agua como creación material. Exhaustivamente estudiada en nuestros laboratorios terrestres, meticulosamente disecada e invadida, esta obstinada y ardua investigación se refleja en la fórmula química elemental molecular – H2O-, que representa solo la forma limitada por medio de la cual la mente humana fue capaz de aprenderla.

Mucho más que H2O

Pero el agua es mucho más que H2O, pues constituye el propio fundamento de la gran Creación Universal. Y para ampliar los estrechos límites de nuestra consciencia racional delante de las manifestaciones de la  Vida y de los misterios de la Creación, solo la luz que emana de nuestro Espíritu es capaz de transponer esas aparentes barreras que nos separan de la realidad, y de unir las diferentes dimensiones y planos en los cuales la totalidad de nuestra consciencia manifiesta su existencia. La irradiación de esta Luz para el Planeta y todos los Reinos de la Naturaleza que lo cohabitan es también una de las tareas que le cabe al ser humano realizar, por lo menos en parte, y es urgente que se concrete.

Lo que está abajo es como lo que está arriba

El elemento agua guarda en su esencia una especie de «memoria cósmica» que se espeja en los patrones lumínicos de su propio arquetipo creador, como imagen fiel del vínculo de cada creación con la Luz creadora universal. Ese molde inmaterial se proyecta de plano en plano hasta el nivel atómico-molecular, donde finalmente se condensa, materializándose a imagen y semejanza del modelo original, como expresa la Ley de Analogía: «Lo que está abajo es como lo que está arriba».

Cabe a cada uno de nosotros la elección

Esos códigos lumínicos, presentes en la contraparte invisible del elemento agua, permitieron decodificarse en bellos y armónicos patrones hexagonales, tornándose ahora visibles por medio de expresivas microfotografías de cristales creados a partir de múltiples muestras de agua de variadas procedencias y sometidas a diferentes fuentes de vibraciones externas (mentales, emocionales, devocionales, visuales, sonoras, mecánicas, electromagnéticas, etc.). Un pensamiento, un sentimiento, todo lo que generamos a través de nuestros movimientos internos y externos, todo esto se refleja en las corrientes líquidas de nuestro organismo, y en todo nuestro ser. Lo que fuere positivo generará, por un lado, bellos y armónicos cristales, y lo que fuere negativo, por otro lado, destruirá la base material y sutil de nuestro cuerpo que deberá transformarse en un templo interior, en un instrumento universal y cósmico a servicio del Creador. ¡Y cabe solo a cada uno de nosotros la elección!

Las imágenes así obtenidas están hoy disponibles en diversas fuentes de comunicación y se lograron gracias al meticuloso trabajo de seres dedicados en todo el mundo, en especial a través del investigador japonés M. Emoto[i] y de su grupo de colaboradores.

[i] Emoto, Masaru. ‘Mensajes del Agua, La Belleza Oculta en el Agua’,. Ed. La Liebre de Marzo, Barcelona, España., Sus imágenes están disponibles en diferentes páginas de Internet.

Elementos-matriz

Como uno de los cuatro elementos-matriz [i]de la Creación universal, el Elemento-agua abarca aún profundos misterios, pues su origen no es terrestre. El agua es preexistente a la manifestación del hombre en la Tierra, participando decisivamente de su creación, y aún constituye el elemento central en todas las etapas de su formación: un embrión humano está constituido en un  98% agua, un bebe en 90% y un adulto, conforme a su edad, en término medio, 70% . La Consciencia-Dévica-Mor que rige y comanda las huestes dévicas y angélicas que construyen un ser humano, utiliza el elemento agua para decodificar y transcribir los códigos lumínicos de su arquetipo creador y manifestarlo en la forma humana.

Dios creó el agua en primer lugar.  Alguna vez se preguntaron:
¿Por qué el Santo Señor, el Todopoderoso, creó el agua antes que al hombre?

Vino a demostrarles, a través de este ejemplo, el espíritu de donación, de humildad,
de castidad y de entrega, por medio de los Reinos y de los elementos de esta Naturaleza,
que Dios expresó para todos Sus hijos.

[i] Elemento-matriz. Cada uno de los cuatro Elementos (Tierra Agua, Aire y Fuego) que, en las ciencias antiguas, componen el universo físico

 

¡El tema del agua deberá continuar!