Leyenda Sufi – Aquel que bebe de dos fuentes…
Tema: Sagrado Reino del Agua

Água da fonte

Un día, un sabio profetizó que toda el agua desaparecería, excepto que fuese cuidadosamente guardada. Después, vendría otra agua a substituirla, pero quien la bebiese enloquecería.

Solo una persona tomó la advertencia en serio y almacenó el agua. Y el día previsto llegó. Todas las fuentes se secaron. Pero la persona que oyó al sabio bebía el agua de sus reservas.

A continuación, los pozos se llenaron de nuevo, y las personas bebieron esa agua con avidez. Y todos enloquecieron.

Solo el que creyó en el sabio continuó bebiendo de sus reservas y conservó su sano juicio. Quedó solo, rodeado de locos y por eso fue bautizado loco por los otros.

Entonces, tiró fuera el agua que tenía almacenada y bebió agua nueva, enloqueciendo luego. Y entonces los locos decidieron que él había recuperado el juicio

La nueva humanidad es fruto del esfuerzo de cada uno

La nueva humanidad es fruto del esfuerzo de cada uno.
Después tendrá su cuna en la unión de los esfuerzos de dos o más,
que comienzan a constituir una vida grupal.

Y así, de a poco, expanden esa vida sagrada al mundo,
consagrándolo al Plan de Dios.

Jamás piensen que sus esfuerzos no serán suficientes,
porque a veces les parecerá remar contra la corriente de otros billones de seres humanos
que hacen cosas contrarias a la Voluntad Divina.
(Mensaje de San José de 21 de noviembre de 2015)

Aquel que bebe de dos fuentes…

Desde su creación, hijos, desde que llegaron a la Tierra, con velos cubriendo sus ojos y sus consciencias, la humanidad se acostumbró a vivir una ilusión seguida de otra y no solo ignoraba su pasado y su futuro, como también creía que era algo que no era.

Debido a la actual situación planetaria, de caos y perdición y al no encontrar un sentido a sus vidas, muchos van en búsqueda de la verdad y la sed desenfrenada los hace beber del agua de cualquier fuente que aparezca, como si ella fuese la más pura y cristalina de todas.

Deben cuidarse, hijos, de las aguas que beben, de los conocimientos que buscan, porque todas las aguas pueden saciar la sed del que tenía seco su espíritu, mas si siguen bebiendo de un agua contaminada por el poder y por la vanidad humana, podrán terminar muriendo en espíritu, por la ignorancia, cuando creían haber encontrado la verdad.

Beban del agua que Dios les envía por intermedio de Sus Mensajeros y confíen porque en ella está todo lo que necesitan. Aquel que bebe de dos fuentes ―pecando  por el ansia del poder y de la posesión de nuevos conocimientos― podrá ahogarse en su ansiedad.

Beban del agua que los lava, los transforma y los purifica y no del agua que los engrandece y envanece sus almas, confundiéndolas.

El verdadero conocimiento nutre la consciencia y madura el espíritu y no la personalidad.

Inclusive les digo que, muchas veces, les llegará de Dios una instrucción que comprenderán con el alma, pero no con la mente. Aun así, aunque no lo comprendan en este momento, los transformará y los llevará a nuevos niveles, en los cuales un día podrán comprender lo que les hizo llegar hasta allí.

Beban de la fuente del amor, del sacrificio, del servicio, de la oración.
En ella se encuentran todas las ciencias.

Mensaje de San José de 26 de agosto de 2016

¡El tema del Agua continuará!