Finalizando este ciclo de estudios sobre el tema  aborto, presentaremos dos mensajes distintos, de aliento y de Paz. No basta solo ser perdonados por tantos y tan grandes ultrajes a la Vida y a la Creación.

El Universo necesita recibir señales claras de que reconocemos este perdón, de nuestra gratitud y por él, y de que nos disponemos a no recaer más en las mismas faltas.

El servicio amoroso a los que más necesitan, a los que son víctimas inocentes de los males del mundo, del cual formamos parte, es una llave universal. Nuestro maestro Interior, San José, nos da respuestas precisas en su mensaje.

«Hoy vengo para rogar al mundo que auxilie las almas de los más pequeños, de los niños que están sobre la Tierra y que no encuentran una razón para su propia vida.
Hoy les pediré que den un paso más y que no solamente eduquen con amor a sus propios hijos y familiares, sino que posibiliten que otros niños, olvidados y solitarios, también puedan ser educados para la construcción del nuevo futuro.
Enseñen a los pequeños el amor a los Reinos de la Naturaleza, el cuidado y la importancia de ayudarlos en su evolución. Enseñen la importancia de compartir con el prójimo aquello de lo que él carece, ya sea algo material o ya sea un atributo interno de la consciencia como la mansedumbre, la caridad, la inteligencia, la alegría. Que los niños sepan  ayudarse unos a otros y disipen de su propia consciencia la competencia y el orgullo.
Queridos, enseñen a los pequeños a orar, enséñenles el poder de la oración y la gracia que concede a los más necesitados en los cuatro rincones del mundo.»
                                                                                                                                        San José Castísimo, Padre de todos los niños del mundo.


Como cierre de este ciclo, abrimos aquí el espacio a un poeta, escritor y filósofo espiritualista libanés inspirado, Kahlil Gibran*:

Los Hijos

Una mujer que cargaba el hijo en los brazos dijo:
“Háblanos de los hijos”. Y el dijo

– Tus hijos no son tus hijos.

–  Son los hijos e hijas de la vida deseosa de sí misma.

–  No vienen de ti, sino a través de ti.

– Y aunque estén contigo, no te pertenecen

– Puedes darle tu amor, pero no tus pensamientos,
porque ellos tienen sus propios pensamientos.

– Puedes hospedar sus cuerpos, pero no sus almas;
viven en la casa del mañana,
que no puedes visitar ni siquiera en sueños.

– Puedes esforzarte en ser como ellos, pero no procures hacerlos semejantes a ti,
porque la vida no retrocede ni se detiene en el ayer.

– Tú eres el arco del cual tus hijos son lanzados como flechas vivas.

– El arquero ve el blanco en la senda del infinito y él lo estira con todas sus fuerzas
para que sus flechas se proyecten, rápidas y lejos.

– Que la torsión en la mano del arquero sea tu alegría:

– Porque mientras el ama la flecha que vuela, también ama el arco que permanece estable.

 

* «Los Hijos», del libro El Profeta, de Khalil Gibran  – (06.01.1883 – 10.04.1931).

Fin del Ciclo de Estudios sobre el tema del ABORTO.