En esta edición de la Serie Voces de los  Refugios, seguiremos la historia de José Chinel, 42 años, indígena Warao venezolano, estudiante de Enfermería, casado y padre de 6 hijos.

Su elección de la carrera de Técnico en Enfermería fue consecuencia de una situación personal dramática, sumado a su interés por trabajar en atención primaria de salud en su pueblo Warao, tarea que ya había estado ejerciendo activamente en el Consejo de Salud del Refugio.

Tras acompañar a una de sus hijas, que estuvo internada durante 7 meses por tratamiento antituberculoso en el Hospital de Niños, José Chinel no tuvo dudas sobre el camino profesional a seguir.

El ingreso del indígena Warao en el Curso Técnico de Enfermería del Centro de Educación Técnica y Especializada del Estado de Roraima (CETERR), con una duración de 24 meses, muestra la importancia que tiene la formación para abrir caminos para los migrantes y refugiados venezolanos, permitiendo la inserción en el mercado laboral y la creación de condiciones para que puedan restablecer sus vidas en Brasil.

Fernando Fileno, antropólogo que monitorea la situación de los indígenas venezolanos en los albergues administrados por la Fraternidad – Federación Humanitaria Internacional (FFHI), resalta en su artículo sobre José Chinel que “sabemos cómo el flujo migratorio está motivado por el interés en recaudar recursos para ser destinados, tanto para usufructo local como para ser enviado a miembros de la red parental que residen en Venezuela. Por ello, la inversión en proyectos de medios de vida que combinen la formación profesional y la inserción laboral son fundamentales, ya que se conforman como soluciones duraderas tanto locales como supralocales”.