En la parte 1 y 2 sobre el Vegetarianismo vimos que la matanza animal en gran escala, aún hoy se efectúa en forma brutal para consumir carne, ya que supera los límites de la deuda kármica del Reino Animal hacia el Reino Humano. El clima chocante de horror, de violencia y de sufrimiento atroz, en condiciones terribles de abuso de poder, no está resultando positivo para la Consciencia planetaria. La Consciencia animal clama por misericordia, y el surgimiento del Vegetarianismo, en escala global, ya es una respuesta a este llamado.

Como ser humano, heredamos un cuerpo animal. Habitamos un cuerpo con fuertes trazos animales, que debe ser ayudado a desobstruir, reeducarse, transformarse y sutilizarse. Poco a poco, él puede volverse un vehículo más sensible, capaz de irradiar energías sutiles de núcleos más internos del ser. Este elemento animal, no educado y no transformado, puede ejercer mucha fuerza y representar un serio obstáculo para el proceso evolutivo de cada uno. El karma animal con el ser humano está siendo transmutado y reequilibrado, sin embargo, urge colaborar más para que esto se dé. Así como está, ¡no es bueno para el Planeta!

El Vegetarianismo, desde el punto de vista oculto, presenta otras repercusiones importantes sobre la consciencia humana. El potencial sutil de la alimentación con vegetales amplia la comprensión de las Leyes Espirituales y su aplicación en la vida práctica, lo que hace tanta falta a nuestra civilización materialista. El Reino Vegetal es el transmisor, el transformador de un fluido etérico-cósmico(prana) que nos convierte en capaces de recibir energía de los niveles divinos. Es el Reino más evolucionado, el que realmente cumplió con su misión divina en la  Tierra. Los Rayos Cósmicos que participaron de la manifestación de los atributos  primordiales de ese Reino: del magnetismo (2.º Rayo, del Amor-Sabiduría); de la armonía (4.º Rayo, de la Armonía); de la elevación (6.º Rayo de la Devoción), actuaron también en la creación del ser humano, lo que estableció un puente efectivo de comunión energética entre esos Reinos.

Se necesitan alimentos vivos para que podamos continuar viviendo. Este no es un asunto de nuestra elección, sino una necesidad que la Naturaleza (Dios) nos impuso. No tenemos libertad para elegir. Sin embargo, somos libres para reducir nuestro grado de destrucción y la  cantidad de dolor que provocamos. Es menos destructivo cosechar una verdura o una fruta que asesinar un animal, y también hay menos sufrimiento. Esta es la  respuesta ante un argumento de que cuando somos vegetarianos continuamos destruyendo vida
(Paul Brunton, O Corpo)

Texto: Frei Ameino
Áudio: Palestra com Trigueirinho (Conferencia de Trigueirinho)
Áudio completo en: www.irdin.org.br/acervo/detalhes/5714
Informaciones complemantarias en: www.irdin.org.br/acervo/detalhes/6023 (de 14’38 a 18’50)

El tema del Vegetarianismo  continuará.