En el tema anterior sobre el cáncer – “Cáncer enfermedad planetaria, cura de la maldad humana”, vimos que esta condición humana representa el conjunto de maldad y de violencia practicada por la humanidad a lo largo de toda su trayectoria evolutiva, en este planeta y en el vasto Universo. Vimos incluso que el cáncer, por así decirlo, quema y disuelve esa carga negativa, purificando y liberando al ser, y en consecuencia, a toda la humanidad.

El estado crítico actual de la situación planetaria, sin embargo, muestra que la humanidad, lejos de estar liberándose de su pesado karma, no solo perpetúa esa triste condición, sino que inclusive la refuerza día a día. Esto salta a la vista por las infinitas guerras y conflictos que se generan, por todo el planeta, entre ideologías, naciones, religiones y grupos humanos. Un factor agravante para este estado actual, ilícito, pero con el cual nuestra civilización, por conveniencia, continúa conviviendo, es la matanza diaria, cruel y brutal, de millones de animales inocentes, para consumir carne.

Y de ese mar tenebroso, manchado de sangre, emerge una voz de aparente espanto: “A este altura de la evolución humana ¿cómo es posible que todavía hoy haya guerras, al punto de que la humanidad pueda autodestruirse?” Una instrucción clara y precisa de la ciencia espiritual nos revela que, mientras la humanidad derrame la inocente sangre animal, mientras los animales sean brutalmente asesinados por el hombre, ¡habrá guerras! Es lo que estamos viendo hoy a escala global.

Y la pregunta continúa: “¿Este sufrimiento animal, impuesto por el ser humano, podrá terminar algún día?” Este sufrimiento representó un retorno kármico por la aniquilación en masa del Reino humano por el Reino animal, en el pasado remoto de nuestra evolución conjunta aquí en la Tierra. No obstante, el surgimiento del Vegetarianismo, como un impulso planetario, fue una clara señal de que un reequilibrio ya está en movimiento, en alguna escala. Entonces, hoy, volverse vegetariano ya no es más una pura cuestión ideológica, filosófica, religiosa, médico-higiénica ni ambientalista. Se trata del rescate de un indefenso Reino hermano, el Animal, que impotente, emite al Universo un clamor por misericordia, que aguarda también del ser humano una respuesta a ese clamor. Respuesta que esté a la altura del papel que le cabe dentro de la evolución universal frente a otros Reinos menores de este Planeta. Ya se está pasando la hora de manifestar Amor en la consciencia por el Reino Animal. Y así, servirlo. Estadísticas oficiales muestran que más de 500 millones de seres humanos, hoy, son vegetarianos, esparcidos por todos los continentes.

El Mensajero Divino, San José, en el mensaje canalizado el 27 de noviembre de 2015 (www.divinamadre.org), nos trae a la consciencia nuestra gran responsabilidad frente a otros Reinos de la Naturaleza, y nos señala

El Reino Humano debería expresar una especial armonía y amor dentro del Reino que le corresponde como humanidad, para así inspirar la evolución de los demás Reinos de la Naturaleza. Al Reino Humano le cabría el papel de ser un elemento de comunión entre todos los Reinos; aquel que cuida, ampara y protege, ama y auxilia para que cada Reino se pueda expresar.

Vea la próxima semana la Parte 2 de este estudio.

Texto: Fray Ameino
Audio 1: Charla con Trigueirinho
Audio Completo en: www.irdin.org.br/acervo/detalhes/3390
Audio 2: Charla con Trigueirinho
Audio Completo: www.irdin.org.br/acervo/detalhes/3675