Energías capitales

El orgullo es una de las llamadas siete energías capitales, y las otras seis son: la avaricia, la gula, la envidia, la ira, la lujuria y la pereza. Son puntos importantes que toda alma debe trabajar en el propio ego, a partir de cierta etapa de su trayectoria evolutiva. El orgullo, una de las expresiones destacadas del ego antes de ser absorbidos por el alma, logra que él se admire a sí mismo y se sobrevalorice; cualidades, virtudes, conquistas y realizaciones. El orgullo representa un fuerte concentrado de fuerzas que atrae hacia su entorno otras semejantes que también vibran en la misma onda y que como satélites, giran en su entorno, como arrogancia, prepotencia, intolerancia, soberbia, separatividad, vanidad y ambición, entre otras.

La característica más destacada de un ego constituido

La característica más destacada de un ego constituido es considerarse el «centro del universo» un protagonista, en torno del cual sucesivos círculos concéntricos comienzan a agruparse; familia, vínculos profesionales, sociales, afectivos y afines; tendencias, preferencias, intereses e ideas; bienes materiales.

Los avances de la astronomía

Cuando la  consciencia humana estaba aún muy centrada en esa construcción su visión del mundo se expresaba en lo que conocemos como sistema cosmológico geocéntrico[1]: la Tierra en el centro del Universo y los otros cuerpos celestes, Sol, planetas y demás estrellas, describiendo órbitas a su alrededor. Este sistema geocéntrico fue el pensamiento dominante en la astronomía durante toda la Antigüedad y la Edad Media, y prevaleció hasta la aparición del nuevo modelo heliocéntrico de Copérnico[2]: ahora el Sol en el centro del Sistema Solar y la Tierra y los Planetas orbitado a su alrededor, Esta «conquista» de la consciencia humana fue un punto de partida para grandes cambios en su perspectiva, principalmente en lo que se refiere a la escala de valores y la grandeza del Universo.

Los avances subsiguientes de la astronomía demostraron que el Universo era mucho más vasto de lo que suponían, ya sea la cosmología aristotélica (geocéntrica), ya sea el propio modelo copernicano (heliocéntrico) y, esto abrió caminos para grandes descubrimientos astronómicos. Así, sabemos hoy que nuestro Sol, en realidad, es solo uno entre millones de otros soles (estrellas) que componen nuestra galaxia (la Vía Láctea), y que existen también millones de otras galaxias, igualmente pobladas, dentro de la Gran Vida Universal y Cósmica.

La consciencia humana – centrada en sí

Sin embargo, la consciencia humana, a pesar de los grandes saltos dados en la cosmología universal, permaneció arraigada en sus limitados mundos de egocentrismo, de  geocentrismo  e incluso de heliocentrismo, porque aún gira en torno de la vida personal, con sus intereses y valores mezquinos, limitados, arcaicos; la humanidad, en su totalidad, aún lucha por el poder, centrada en sí, en el propio ego, habitando un ínfimo «grano de arena cósmico», llamado Planeta Tierra.

Necesitamos urgente expandir nuestra  consciencia

Necesitamos urgente expandir nuestra consciencia, salir de ese limitado mundo de ignorancia, superar los límites del ego orgulloso, presuntuoso y arrogante; de un Planeta perdido en la inmensidad cósmica; para poder entrar en contacto directo con la Vida Universal, sus Leyes, sus Civilizaciones, sus misterios. No siempre es muy productivo combatir cuerpo a cuerpo con el ego y sus satélites, pero podemos estar delante de referencias mayores, que espejan exactamente lo opuesto de lo que se manifestó hasta hoy. delante de nosotros, encima y debajo de nosotros, e incluso dentro de nosotros, se encuentra un Universo estelar-Cósmico, pleno de vida, sin ego, en expansión infinita, sin voluntad propia, y que solo manifiesta una Voluntad Mayor que lo creó, lo impregna, lo anima y lo sustenta, donde se encuentran nuestro origen y nuestro Destino.

[1] Sistema cosmológico geocéntrico, histórica y astronómicamente enunciado por Ptolomeo (90-160 d.C).

[2] modelo cosmológico heliocêntrico de Copérnico (1473-1543 de. C) publicado durante el año de su muerte, 1543.

El Gran Arquitecto construye eternamente

(Morya, Mundo Ardiente)

«El Gran Arquitecto construye eternamente. Es  irracional suponer que ciertas partes del Universo están terminadas y ahora permanecen estáticas. Se le da mucha importancia al término evolución, mas la gente no tiene absolutamente una concepción real de este proceso. Ha habido mucho argumento sobre la estructura social, pero siempre se ha pensado que la sociedad humana vive en algo inflexible y finito. La historia del Diluvio Universal y del período glacial se considera como meramente simbólica. Y es considerado inapropiado hablar de la Atlántida, a pesar de los testimonios de los escritores griegos. Uno puede ver como la consciencia humana evade todo aquello que amenaza su comodidad.

Asimismo, el concepto de evolución se ha vuelto una abstracción y así no perturba en lo más mínimo la consciencia del corazón petrificado. ¿Pero no evoca la bóveda celeste pensamientos de movimiento eterno? Sólo a través de dichos conceptos evolutivos puede uno absorber la belleza de la peregrinación terrenal como una residencia temporal antes del ascenso. La brevedad del sendero no debería perturbar, por el contrario, debería dar alegría, como lo hace la rotación del Sol. Es urgentemente necesario explicar hasta qué punto la evolución es incesante en las manos del gran Arquitecto del Universo. Uno debería sentir que el planeta está en el espacio así como los marinos saben que el vasto océano está debajo de su barco. Al principio los marinos estaban aterrados por esta suspensión sobre el abismo, pero la realidad y la experiencia los acostumbraron a esta realidad.

Todos y cada uno de los habitantes del planeta están en una embarcación similar – por debajo de esta está el abismo. Los marineros no pueden depender enteramente de su barco y de los cálculos científicos, si ellos pudieran no hubieran naufragios. La astronomía conoce unos pocos cuerpos celestes, pero no saben el punto en donde se originan los cometas y no pueden anticipar los gigantes meteoros. A la gente se le notifica sólo cuando algo es obvio. La astronomía es un guardián nocturno ¿Pero, qué pasa con los eventos que ocurren durante el día? Así, nosotros observamos aproximadamente solo la mitad de aquello que es evidente. ¡Cuánto de aquello que es insospechado está oculto del durmiente corazón! (Morya, Mundo Ardiente Vol. I, 408)»

 

Grandezas cósmicas – Números que hablan

Podemos entonces usar la multiplicidad
de las grandes materias del Universo para el trabajo
de redimensionar nuestro prepotente ego:

  • Somos conciudadanos cósmicos de la Vía Láctea, una galaxia con más de cien mil millones de estrellas. Su diámetro es de ± 100 000/al, o sea, si tomásemos un vehículo que viajase a la velocidad de la luz, llevaríamos ± 1000 000 años para atravesar la galaxia, de punta a punta.
  • Galaxias anas pueden contener hasta diez millones de estrellas y las galaxias gigantes hasta cien trillones de estrellas.
  • La astronomía estima en ± ciento setenta  mil millones el número de galaxias en el universo físico observable que en su mayoría poseen 1000  100 000/parsec [1] de diámetro, separadas por distancias de orden de millones/parsecs.
  • Año-luz (símbolo al) es una unidad astronómica de distancia que equivale a la distancia que la luz recorre en un año, a velocidad de 3000 000km/s, lo que compone una simple cifra de ± 9,4 trillones de km/año
  • La distancia Tierra-Sol es de cerca de ciento cincuenta millones7km (±8min/luz), lo que significa que la luz del sol lleva ± 8 min para llegar a la Tierra.
  • Alfa Centauri¸ estrella más brillante de la  Constelación del Centauro(alrededor de la Cruz del Sul), en realidad es una estrella triple y uno de sus componentes, la Próxima Centauri, es el sol más próximo de nuestro Sol, y se sitúa a ±4,3/al, o sea ±cuarenta trillones/km
  • Sirius, la estrella alfa de la Constelación del Can Mayor, es también la estrella más visible, a simple vista, de todo el cielo, y la quinta estrella más cercana de nuestro Sol, se encuentra a una distancia de ± 8,7/al, o sea, ± noventa trillones/km
  • Andrómeda, la galaxia central del Sistema Cosmológico que la ciencia espiritual denomina Universo Local, se encuentra a ± 2,2 millones/al de nuestro Sol; su diámetro es dos veces el de la Vía Láctea, de ± 2000 000/al.
    [1] Parsec. Unidad astronómica de distancia que corresponde a 3,26 años-luz (símbolo pc).

Silencio delante del Universo

Contemplar en silencio el Universo, sus grandeza y relatividades, permite redimensionar profundamente el ego, quebrar el orgullo y sus afines, ¡un encuentro con la humildad! Solo la humildad nos puede llevar al silencio ante la inmensidad del Universo, de su Gran Vacío, sus luces y misterios. Y en esta actitud de reverencia y receptividad, la consciencia puede convertirse en espejo vivo para sus impulsos y vibraciones estelares y sutiles.

El corazón humano es, en esencia, un sublime espejo creado por el Amor divino para que se reflejen en él las grandiosas y elevadas realidades cósmicas, y para ser el fiel espejo de la Ley Universal que así se expresa: «Así como es arriba es abajo», una Ley universal que puede transformarnos profundamente.

¡Fin de la jornada por el cielo estrellado!

Quien quiera profundizar en el tema, puede oír el CD de Clemente:
Cura por la Observación del Universo,
editado por Irdin:

http://www.irdin.org.br/acervo/detalhes/4306