Aguardaba una señal

En la cima de una alta cumbre, un peregrino observaba el valle. Sus ojos miraban fijamente las siluetas de los habitantes de la región desplegada ante él.

En las manos protegía un cáliz de néctar sagrado para verter sobre el valle cuando aquellos seres estuvieran listos para conocer el Bien. Aguardaba una señal.

Escuche el audio de Trigueirinho sobre el tema icone-audio


La capacidad de amar

Tiempos atrás, otro guardián del cáliz vio surgir, en algunos puntos del valle, una luz que revelaba la presencia de la capacidad de amar, y vertió parte del néctar. Los pocos que la recibieron fueron elevados a un nivel de vida más plena.

Allí, delante del peregrino se plantaban árboles y otros eran talados. Se construían casas y se derribaban otras. Caravanas se acercaban al valle y caravanas se aoejaban de él. Toda la vida del valle se desarrollaba bajo su mirada paciente. Muy distante, en el horizonte, se formaron nubes oscuras. Vientos veloces se movían con fuerza, ruidosamente, pero ni la inminencia de la tempestad conmovió al peregrino. Sin moverse de allí, él esperaba una señal.

La proximidad del mal tiempo llevó a los habitantes del valle a protegerse. Cada uno cuidaba lo suyo, sin notar que a su lado había alguien en mayor desamparo. Pero en una de las moradas menores, latió más fuerte un corazón de madre repleto de compasión. Al ver a un niño abandonado, lo recogió aún sin tener como abrigar adecuadamente a sus propios hijos. Otros moradores del valle, tocados por lo que vieron, siguieron el ejemplo.

Se volvieron a su vez, sembradores de un estado de ser poco frecuente

En poco tiempo la disposición al Bien floreció. El néctar fue vertido en mayor cantidad. Los vientos cambiaron de dirección, y el sol llenó el valle con su luz

En este momento en que la violencia y los conflictos asolan a las ciudades del mundo entero, nos cabe crear en nuestro interior y en el ambiente en que estamos, un campo propicio para las semillas de un nuevo modo de vida. Los que se empeñan sinceramente en eso necesitan saber que todo lo que realizan externa o internamente debe tener, como finalidad, construir la etapa venidera o facilitar su manifestación. Que busquen acertar, sin temer al error. Quien se resguarda por miedo nada valioso puede hacer. Quien se resiente por una pérdida, revela que tiene aún que vencer la propia ambición.

La consciencia subsiste más allá del tiempo,  de la historia y de la vida material; es libre para alzar vuelo a su Morada. Y debemos saber que lo nuevo no está en lo que esperamos, sino en la realidad que, de lo profundo del ser, emerge a cada instante si estuviéramos receptivos, atentos y distendidos.

Si percibimos la infinidad de situaciones que indican que la única opción para nosotros, actualmente, es la vida superior y que todo concurre para llevarnos a despertar a estados de consciencia inéditos en donde los conflictos no existen, veremos concretada buena parte del Plan Divino trazado para este mundo.

Las olas del mar van y vienen pero el océano permanece

Nos encontramos delante de la perspectiva de vivir tiempos de gloria, aún en medio del desorden que tanto se difunde en la faz de la Tierra. Ya se da a conocer una verdadera hermandad, formada en niveles de existencia superiores, respecto de relaciones meramente humanas que dejan de satisfacer las aspiraciones. Las olas del mar van y vienen pero el océano permanece.

Una gran transformación se hace sentir cuando tomamos consciencia de que el lugar donde debemos estar es aquel donde nos encontramos, las condiciones para avanzar son las que se nos presentan, las personas con quien debemos compartir el Camino son las que están a nuestro alrededor.

Libro de TriguerinhoMensagens para sua transformação (Mensajes para su transformación)
Texto extraído del capítulo: A perspectiva de viver tempos de glória em meio à desordem (La perspectiva de vivir tiempos de gloria en medio del desorden)
Audio de Irdin – completo en: Conversas com Trigueirinho nº 526