El pasado sábado 30 de marzo, la Misión permanente Carmo da Cachoeira, de la  Fraternidade – Federación Humanitaria Internacional, atendió a 26 familias, resultando un total de 50 personas beneficiadas por las donaciones que allí se realizan. La misión se desarrolla en la ciudad del mismo nombre, en el estado de Minas Gerais, Brasil.

“Esta labor se lleva a cabo formalmente los sábados, una actividad que puede decirse que se inició en el 2014, atendiendo a la necesidad de la población”, es Mariandja, actual coordinadora de esta misión quien comenta y además agrega: “se atiende sus necesidades materiales, proveemos ropa femenina, masculina, infantil, libros, juguetes, muebles, etc. Si en el momento no hay lo que necesitan, como por ejemplo un determinado mueble, el voluntario que atiende a la familia, anota sus datos y queda  registrado  ese  pedido  que  posteriormente  se  intentará suplir”.

Sábado, intenso y grato

Un día sábado la Misión Carmo da Cachoeira inicia muy temprano, desde el momento en que diversas familias de la ciudad llegan a las puertas del Galpón de San José, atendido por  los misioneros. Allí, estas familias hacen una fila en espera de recibir un número que les permitirá el acceso ordenado al local donde obtendrán la donación.

El galpón abre a las 9 de la mañana pero antes, de puertas hacia adentro, todo un minucioso movimiento por parte de los misioneros se va ejecutando, realmente empieza  días anteriores cuando organizan el local. Ese mismo día antes de abrir las puertas, se distribuyen las tareas, desde quien repartirá cada número, quien recibirá a cada persona y algunos de ellos atenderán pedidos, También se define quien será la persona que se encargará de los niños y hasta quien preparará la merienda que se brindará.

Con esa organización y gran disposición, dan apertura al día que transcurre entre una familia y otra, entre una persona y otra, con  las carencias materiales de todos y ese mirar de los misioneros, percibiendo lo que hay detrás de esas necesidades y entregando lo mejor de sí, más allá de lo material.

“Un sábado intenso y grato” definió algún misionero al finalizar esa jornada.

Expresando valores

El tiempo con cada familia, cada persona es importante;  se les atiende en un lapso prudencial que permite tomar en cuenta a quien se está ayudando y a quien permanece  en la fila, a la espera de su turno. A las personas se les entrega un límite de piezas y se les trata con respeto al mismo tiempo que se les inculca el respeto al prójimo, la oportunidad de bienestar para todos, la cooperación de todos, tan necesaria para que el proceso sea ágil y efectivo.

Proyectos

Según relata Mariandja, el primer servicio del  Galpón de San José fue la fabricación de ladrillos y eso está en planes de retomarse, así como fabricar juguetes, realizar cursos de costura y facilitar el aprendizaje de oficios que ayuden, en su ejecución, al sostén de las familias.

Los niños siguen siendo una prioridad, y por eso está contemplado abrir espacios de aprendizaje y recreación, como las sesiones de pintura..

Campaña de abrigo, un invierno más feliz

Los meses de frío se aproximan y como una iniciativa de cada año, en esta temporada, los misioneros del Galpón de San José emprenden una campaña para recolectar ropa y todo lo  referido a abrigos, con la finalidad de que lo más necesitados de la ciudad puedan pasar un invierno más caliente.

De tal manera, se invita a que cada quien abra su armario y con el corazón revise y decida donar al menos una pieza. Así proporcionará un invierno feliz  para todos, tanto para el que recibe como para el que da.

Se requieren: cobijas, edredones, sábanas, bufandas, gorros , medias de abrigo, sweaters, mantas, toallas…y todo aquello que pueda propiciar una buena calefacción.

Para más información contáctenos:

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+ 55 (35) 99914-1200