El Parque Francisco de Asís, afiliado a la Fraternidade – Federación Humanitaria Internacional y localizado en la ciudad de Lavras, Minas Gerais, Brasil, recibió el Trabajo Grupal de Identificación Canina promovido por los alumnos de la carrera de veterinaria de la UFLA – Universidad Federal de Lavras. Durante la actividad, los alumnos identificaron a casi 450 perros que son albergados en la perrera del Parque.

Alrededor de 30 estudiantes llegaron al Parque por la mañana temprano. La visita forma parte del «Proyecto Veterinario Aprendiz Voluntario», que involucra a los alumnos de la carrera de veterinaria de la Universidad Federal de Lavras. El proyecto posibilita a los estudiantes practicar acciones de cuidados y diagnósticos: «el objetivo del proyecto es ofrecer un espacio donde los alumnos puedan venir y aprender la rutina de una perrera, a través de todos los cuidados de esta práctica. Ellos realizan el trabajo que la perrera está precisando con más premura, sea una curación, una limpieza o la administración de algún medicamento», afirma Josi Seixas, profesora de la UFLA y coordinadora del proyecto.

Mientras algunos se integraban a las tareas de asistencia a los animales, otros terminaban de confeccionar las placas de identificación. «Esa idea de tratar al animal como un individuo y no como un grupo ya estaba con nosotros hace mucho tiempo. Fueron probadas otras formas de identificación, pero por diversos motivos no tuvieron mucho éxito», explica Josi.

identificacaoEl collar que sostendrá la placa de identificación es hecho con un cabo de acero. En el mismo son colocados un conector de TV y una placa, donde es anotado el nombre de cada uno. En este sistema de identificación fue creado también el RC – Registro Canino, un número que acompaña la descripción del animal. Antes de recibir la placa con su nombre, son recogidas algunas informaciones acerca del animal, como sus antecedentes históricos de enfermedades y tratamientos, así como la foto de cada uno. Durante la mañana, varios animales recibieron su identificación.

La alumna Beatriz Nadai era quien fotografiaba a los animales. Ella está en el 7º periodo de la carrera y ya había escuchado sobre el parque, pero solo vino a conocerlo cuando surgió la oportunidad de participar del proyecto. «Después que conocí el Parque San Francisco, me volvió a gustar veterinaria», dice.

El trabajo voluntario de colaboradores y la manera amorosa como los animales son tratados en el parque están presentes desde su inicio, en junio de 2010, cuando comenzaron las obras. Instalado en un galpón cedido por la alcaldía de la ciudad, el parque comenzó a recibir a los primeros perros en enero de 2011. Hoy la perrera cuenta con cerca de 450 animales que fueron recogidos de las calles, en estado de abandono o enfermos. En su pasaje por el parque, los animales reciben cuidados, son curados y encaminados para adopción.

La administración también es realizada por voluntarios, una de sus gestoras es Ana Regina Nogueira, quien recientemente escribió el libro «Vivir el Amor a los Perros«. En el libro podemos conocer un poco más de la historia de este parque y sus diversos personajes, de como un grupo de voluntarios transformó un matadero que existía en el local en una alegre perrera.