Elevando las vibraciones y la atmósfera circundante

Energia espiritual - Pomba no por do sol¿Qué valor tiene, para la humanidad, un individuo que trabaja desinteresadamente y para la gloria del Ser Supremo? En realidad, su presencia, a través de la telepatía o de la irradiación de la propia aura (energía que emite), toca al ser interno de los que entran en contacto con él, elevando las vibraciones y la atmósfera circundante.

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La energía que fluye

Sin embargo, el poder para realizar tal servicio no está «en la persona» que se presta a ser instrumento, sino en la energía que fluye a través de ella. Si eligió buscar la propia vibración interna, dio el primer paso hacia la fuerza divina superior que trae, en sí, el poder sanador. Es evidente que, para hacer el contacto con esa fuente y para mantener su fluidez, hay que tomar ciertas precauciones. Sin embargo, la curación ocurre a través del individuo no porque tome alguna precaución; sucede porque va ayudando a los demás, dentro de ciertas leyes cósmicas conocidas.

En lo que se refiere a la energía de curación que pasa a través de las manos, estas leyes se pueden resumir fácilmente. En una vida en que no existen aspiraciones evolutivas, las manos de un individuo se usan para «agarrar» cosas para sí, reteniéndolas para fines meramente egoístas. Pasa largos períodos actuando de ese modo. Aunque el acto de retener para sí suceda como una actitud mental, y no en el plano físico, sus manos tienen esa característica: no dan realmente; sólo toman.

En beneficio de los demás

En otra etapa de la evolución humana las manos pasan a tomar cosas no solo para el propio individuo, sino para ayudar a algún otro o en beneficio de un grupo; estas manos, en esa etapa más adulta, liberan enseguida lo que tomaron, pasando la dádiva a otro. A medida que el individuo va evolucionando, se vuelve cada vez más impersonal. Pasa a usar todo lo que es necesario para la vida; y no conserva nada que sea superfluo. Su acto de usar es, sin embargo, diferente de lo normal: respetuoso, simple, lleno de gratitud, sin aprovecharse de nada y sin nunca ir más allá de lo realmente esencial. Él usa lo que necesita, pero no para sí mismo; pues, también ese «sí mismo» pasa a ser tan sólo un instrumento de trabajo que debe ser mantenido en orden, en beneficio de los demás seres que necesitan ayuda.

Cuando esta etapa se está desarrollando, las manos del individuo se tornan trasmisoras de energía espiritual, es decir, de fuerza evolutiva interna. Al escribir una carta, al hacer un envoltorio, al preparar un alimento y en cualquier acto hecho con las manos, ellas pasan esa energía, que impregna todo lo que tocan.

Buscar lo esencial

Cuando comienza a buscar solo lo esencial, sus actos y gestos alcanzan otra etapa. En ese punto, ya puede renunciar a las cosas superfluas del plano físico, del emocional y del mental. El individuo se vuelve apto no solo para pasar energía espiritual a través de las manos, como en la etapa anterior, sino también a eliminar obstáculos de todo género que puedan estar impidiendo el progreso de los seres a los que está sirviendo.

Texto extraído del libro “A Busca da Síntese”, de Trigueirinho. pp.52,53,54
Audio completo en: http://www.irdin.org.br/site/produtos/conversas-com-trigueirinho-no-537/

 

Pomba e por do sol