El grupo Red-Luz Guarujá y el grupo Red-Luz Santos, con el apoyo de los «padrinos», donaron 90 cestas básicas, con 16 artículos cada una, a 90 familias de la comunidad Morrinhos IV, ciudad de Guarujá, en el litoral de San Pablo.
Rosi Freitas, coordinadora de Red-Luz San Pablo y miembro de Red-Luz Guarujá, resalta que se tomaron todas las precauciones de acuerdo con las directrices de las autoridades sanitarias con respecto al Coronavirus durante la entrega de las cestas.
Con el anuncio de la pandemia y las pedidos de las autoridades para evitar las aglomeraciones, el grupo Red-Luz suspendió temporalmente las entregas semanales de cestas, sin embargo, el grupo se dio cuenta de que «las familias se estaban volviendo más vulnerables y con dificultades de subsistencia porque 99,9% de ellos se ganan la vida del comercio ambulante en las playas, por ejemplo, u otras actividades informales. Entonces, como los comercios de alimentos básicos y artículos de primera necesidad estaban autorizadas a continuar sus actividades, optamos por tratar de aliviar el sufrimiento de las personas comprando cestas básicas de alimentos”, explica Rosi Freitas.
Las familias que tenían teléfonos celulares fueron informadas de que las cestas serían entregadas a cada una individualmente, y estas informaron a las demás. «Normalmente nos juntamos en la calle, hacemos un círculo, hablamos, oramos y damos gracias a Dios», recuerda Rosi Freitas.
La emoción y la gratitud se veían en las sonrisas, en las tiernas palabras y en las lágrimas de las personas que iban a recibir la cesta. Los mensajes que llegaron a los teléfonos celulares de los miembros del grupo demuestran su gratitud: “Dios los bendiga, ayudará mucho. La cesta llegó justo a tiempo”, escribió Michele Carvalho, la madre de Monique. Otro mensaje de gratitud: “Que Dios bendiga mucho su vida. Gracias por no olvidarnos nunca”, envió Priscila Nunes, la madre de Heloísa.
“Además de las canastas, pudimos ofrecer manzanas, verduras y legumbres a cada familia, y como era de esperar, muchas personas no registradas que viven en la comunidad vinieron a pedir ayuda, porque ya no tenían ninguna fuente de ingresos y, en consecuencia, no estaban ‘llevando pan a sus casas’”se lamenta Rosi Freitas.
Andrea Ferreira, miembro de la Red-Luz Santos, puntualiza que “el mundo necesita fraternidad y ahora es urgente. Estamos muy agradecidos con todos los que nos ayudaron y agradecemos a Dios por lo mucho que recibimos”.