NOTA DE FALECIMENTO

La vida humana está incluida en ritmos cósmicos muy bien definidos, que se reflejan en la Tierra, y la biografía de un ser puede reflejar esos ritmos, de acuerdo con la individualidad de cada ser y de sus cualidades. El ciclo de los septenios constituye uno de esos ritmos, que nos son más familiares y más cercanos a nuestra consciencia externa.

Hoy, en el año en que completaría 70 años de trayectoria en esta Tierra, nuestro amado Frei Ameino, cuyo nombre de bautismo fue José María Amorim Campos, por muchos otros llamado Clemente, partió a otras dimensiones.

Después de una  labor incansable de servicio al prójimo y a la naturaleza, dedicando su vida para que la Cura sea posible para todos, nuestro querido hermano se fue dejando un legado para la humanidad.

En esta ocasión especial, compartimos con todos una breve autobiografía inédita que se estaba preparando para componer sus nuevas publicaciones.

Toda nuestra reverencia y gratitud a este gran ser que nos hizo vivir jornadas inolvidables por el mundo de la cura.

 

NOTA DE FALECIMENTO

La vida humana está incluida en ritmos cósmicos muy bien definidos, que se reflejan en la Tierra, y la biografía de un ser puede reflejar esos ritmos, de acuerdo con la individualidad de cada ser y de sus cualidades. El ciclo de los septenios constituye uno de esos ritmos, que nos son más familiares y más cercanos a nuestra consciencia externa.

Así, en el gran ciclo de los tres primeros septenios sucede una etapa decisiva en la formación de un ser. El autor, nacido en una familia religiosa y pacífica, en una ciudad tranquila en el interior de Minas Gerais, Brasil, despierta, en ese entorno, a una genuina religiosidad, a la devoción y reverencia por el lado sagrado de la vida, cosa que el mundo no ofrece más a los niños. De los 12 a los 16 años, asistió a la escuela secundaria, en un régimen de semiinternado, en el Colégio do Caraça, una escuela religiosa tradicional en Minas Gerais, hoy forma parte  de una Reserva Privada del Patrimonio Natural, el Parque Natural do Caraça o Complexo Santuário do Caraça, también llamado Santuario de Nuestra Señora Madre de los Hombres. En este Santuario Natural recibe fuertes impulsos de sus profesores sacerdotes, en Ciencias Naturales y Matemáticas, quienes conducen su consciencia a los misterios y bellezas de la Naturaleza y de sus Reinos, de los Números, de la Astronomía, arrojando en su ser semillas imborrables que darán fruto en futuras investigaciones en Geometría Sagrada, en Cosmo-Botánica, en las Leyes de la Creación y de la vida Cósmica.

En 1966, cerró un ciclo de siembra y ahora inició su intenso ciclo de formación académica y profesional. Deja el Internado y se decide por Medicina. Y ya, a la mitad de su título de médico, algo frustrado por la medicina en general, decidió abandonar todo. En ese momento aparece, misteriosamente, un ser en su escena que dio un giro profundo en su vida y en su destino. Era, de hecho, un reencuentro entre seres que se conocían desde hace eones; un Instructor genuino, una bendición y una gracia cuando lo encontramos. Bajo su luz, recibió  orientación que continuara y completara su graduación en Medicina, que tuvo lugar entre 1970 y 1977, en la UFMG( Universidad Federal de Minas Gerais, Brasil).

Con el diploma en mano, y aún sin una perspectiva sobre cómo proseguir, lo llevan a una apartada clínica en São Paulo, casi desconocida hasta entonces, donde después de una breve entrevista, se lleva a cabo un nuevo reencuentro, que su ser interno ya estaba esperando. En un mes, comenzó su formación en Medicina Antroposófica, un enfoque científico-espiritual de la Ciencia y las Artes Médicas, basado en la Ciencia Espiritual antroposófica, creado por R. Steiner (1861-1925), resultado de su larga investigación interna y clarividente. Este primer ciclo en Clínica Tobias, SP, se desarrolló entre 1978 y 1982.

De 1982 a 1986, su destino se abre, y se enfrenta a una rara oportunidad de poder profundizar aún más su formación, en clínicas e instituciones de investigaciones antroposóficas, en Europa. En una intensa  jornada de varios meses, conoció a toda la gran red de hospitales antroposóficos de Alemania y de Suiza. De inmediato, durante tres años seguidos, trabajó en el área de Pediatría de un gran hospital de orientación antroposófica.

NOTA DE FALECIMENTO

Vista aérea de Gemeinschaftskrankenhaus Herdecke, Alemania

En Dornach, Suiza, en la sede mundial del movimiento antroposófico, trabajó durante tres meses en la Sección de Ciencias Naturales (Das Glashaus), en el Goetheanum, con el método de cristalización sensible con cloruro de cobre, que permite la visualización indirecta de fuerzas etéricas invisibles en las sustancias, a través de la disposición espacial de los cristales de cloruro de cobre. Fue la única institución mundial que llevó a cabo tal investigación.

Período fecundo, de aprendizaje intenso, estudios y experiencias determinantes para toda la vida; también de contactos y encuentros que definirían su línea de investigación futura.

Al regresar a Brasil, también trabajó durante dos años en la Clínica Tobías, donde comenzó a formarse en medicina antroposófica cuando, inesperadamente, recibió una invitación de José Trigueirinho para hacerse cargo del Sector de Investigación de un Centro Espiritual que aún no se había formado en una zona rural, ubicado en la zona montañosa del sur de Minas.

En agosto de 1988, se unió a un pequeño grupo de seres pioneros, que comenzaron a sentar las bases y las semillas de lo que, después de un tiempo, se convertiría en la Comunidad-Luz Figueira. A partir de ahí, delante del vasto y real Laboratorio de la Vida, comenzó sus propias investigaciones y sus propios métodos terapéuticos. Por lo tanto, con una alma más madura y en sintonía directa con los recursos ilimitados de los vegetales y de los minerales de la Madre Naturaleza, un conocimiento intuitivo e impredecible comienza a surgir, silenciosamente, en su consciencia,  que lo lleva al descubrimiento de decenas de medicamentos sutiles, manipulados y distribuidos de forma gratuita. Y este proceso misterioso y oculto tuvo lugar en estrecha sintonía con las crecientes necesidades de los seres que empezaron a visitar el Centro.

Vida Creativa, una de las áreas de la Comunidad-Luz Figueira (septiembre / 2007)

En sus 12 libros, inicialmente publicados en portugués, y algunos en español, se registraron las formas de preparación de cada medicamento, con sus indicaciones. Y asimismo procedimientos terapéuticos para uso doméstico, como compresas y cataplasmas de hierbas, arcillas y barro; baños de asientos y baños de inmersión, pediluvios. Uno de sus libros también trata una técnica para maniobrar sobre la columna vertebral, llamada Praxis Vertebralis. En las grabaciones de algunas de sus conferencias, expresa nuevos conceptos sobre las enfermedades y su prevención, sobre la cura, la nutrición y las influencias del Cosmos en nosotros y en los Reinos de la Naturaleza.

La creación de un Laboratorio de Preparados de Hierbas y Plantas Medicinales amplía la materialización de medicamentos sutiles, lo que marca el comienzo de su tercer gran ciclo de los septenios, en el que plasma una intensa vida de servicio, investigación y atención médica. Los primeros frutos de los ciclos anteriores comenzaron a surgir y manifestarse de 1992 hasta 2013. Y señalando la entrada de una nueva etapa, reanudó su vida monástica, consagrándose como un monje de la Orden Gracia Misericordia, seguro de que la disposición interna de la continua reconsagración de sí mismo es lo que indica el Camino Cósmico de todo ser, la próxima etapa evolutiva de esta raza humana.

En los últimos años de su vida, Frei Ameino se dedicó, como retiro espiritual, a escribir numerosos artículos sobre cura y salud, publicados aquí, en el portal FFHI. También dejó preparados otros proyectos editoriales que pronto serán publicados por Irdin Editora. Amante e incansable investigador de la naturaleza hasta los últimos días en este plano material, se dedicó a acompañar el desarrollo de bosques y plantaciones forestales en la Comunidad- Luz Figueira.

Fray Ameino (Clemente, Dr. José Maria Campos), era un monje consagrado de la Orden Gracia Misericordia, un médico clínico y, sobre todo, un investigador no convencional.