Criancas_Carmo_Bom_Retiro_julho_2016_01.jpgLa Casa Luz de la Colina, afiliada de la Fraternidade – Federación Humanitaria Internacional, organizó un taller recreativo para niños en el barrio Bom Retiro de Carmo da Cachoeira, Minas Gerais, Brasil. El evento fue llevado a cabo el sábado 23 de julio, en horas de la mañana, en el salón comunitario parroquial. Participaron casi cien criaturas, de tres a 15 años de edad y alrededor de 20 adultos.

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‘Son niños que normalmente pasan mucho tiempo en la calle, sin actividades concretas, por eso la Casa Luz de la Colina pensó en ofrecer esa actividad, es una semilla que estamos sembrando en ese barrio’, comentó Miriam Galván, una de las voluntarias que integró el equipo organizador. Se trata de la segunda propuesta lúdica llevada a cabo en el barrio Bom Retiro después de la efectuada en mayo pasado, en el marco de la ‘Semana Mundial del Brincar’ impulsada por la organización Aliança pela Infancia. La idea es proseguir con esto, posiblemente en el mes de setiembre, acotó la colaboradora.

Fueron realizadas diversas actividades artesanales como tejidos en telar; confección de flores, pulseritas, yoyó y otros juguetes; hubo una presentación de teatro con títeres; después los niños pintaron en tela, hicieron dibujos y los más pequeños elaboraron artesanías simples y juegos con música y sonidos varios. También fueron efectuados trabajos corporales como juegos con cuerdas, con bolsas y con yoyó. Al final del encuentro,los presentes compartieron un refrigerio sencillo, con palomitas de maíz y jugo.

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‘Es una oportunidad para que los pequeños puedan expresarse de una forma lúdica, sana, creativa, en un ambiente más resguardado, con personas que pueden ser referentes para ellos, sin los riesgos de la calle’, destacó Miriam Galván.

‘Algunas criaturas muestran mucha gratitud y un gran interés por tener la posibilidad de estar haciendo algo que consideran útil como fabricar juguetes simples como el yoyó, que es realizado con diarios viejos, cola y cintas de colores;  ellas perciben que pueden jugar con esas cosas simples que ellas mismas fabrican’, prosiguió.

El evento contó con el acompañamiento de monjas de la Orden Gracia Misericordia y de numerosos colaboradores voluntarios.