Mientras era voluntaria en Misión Grecia, una misionera de la Fraternidade – Federación Humanitaria Internacional (FFHI) observó, con incredulidad, cómo las madres refugiadas ofrecen a sus bebés la misma comida que para los adultos. Era un plato típico del norte de África, consumido por adultos en el país de origen: lentejas cocinadas con muchas especies y condimentos fuertes. La escena tuvo lugar en un comedor dirigido por organizaciones humanitarias en Atenas. Grecia se convirtió en la puerta de entrada a Europa para los que vienen de Asia, África y Medio Oriente, y acoge a inmigrantes y refugiados de diversas nacionalidades, principalmente sirios y turcos.

Manual Esfera: Segurança Alimentar

Debido a historias como esta, que se repiten en todo el mundo, el Manual Esfera le da importancia al tema de la Seguridad Alimentaria y Nutricional. La temática es como una pieza del gran rompecabezas representado por la ayuda humanitaria a las poblaciones y comunidades en riesgo. Al igual que las otras piezas, es vital. Sin ella, la imagen no está completa. Sola, no significa nada. Por esta razón, la alimentación y la nutrición encajan perfectamente con los otros temas técnicos, uniéndose a la cuestión de Agua e Higiene (que vimos en el informe sobre las acciones de WASH) y también con la problemática del Alojamiento y Camping, y de Salud, objetos de nuestros próximos reportajes.

Para lograr buenos resultados, las respuestas a los problemas de alimentación y nutrición deben coordinarse con las acciones WASH, refugio y salud. Por ejemplo, es necesario tener agua en cantidad y calidad adecuadas para preparar alimentos nutritivos y adoptar prácticas de alimentación seguras. El acceso a instalaciones sanitarias e higiénicas reduce el riesgo de brotes de enfermedades, así como un alojamiento adecuado permite el uso de instalaciones de cocina y ofrece protección contra condiciones climáticas extremas, disminuyendo el riesgo de enfermedades. Cuando se tiene acceso a una buena atención médica, es probable que la situación nutricional sea mejor.

La madre refugiada en Grecia no ofreció alimentos para adultos al bebé debido a la falta de opciones. Simplemente reprodujo una práctica común en su comunidad de origen, donde la desesperación frente al hambre lleva a las personas a consumir cualquier alimento disponible, sea lo que fuere, tanto para niños como para adultos. La madre no pudo evaluar, por falta de orientación y educación, cuán perjudicial podría ser para un organismo que aún está en formación la comida picante.

Y es precisamente la mala nutrición la que conduce a la desnutrición, uno de los problemas más graves del mundo y que se encuentra frecuentemente en los refugios humanitarios. La mala nutrición es como la punta de un iceberg. La dimensión real del problema está sumergida y la mayoría de las veces no la visualizamos ni la percibimos: la ingestión de alimentos inapropiados, la inseguridad alimentaria en el hogar y en el entorno familiar, enfermedades y poca atención de la salud.

Son necesarias porque siguen la evolución de la respuesta y permiten adaptaciones.

Norma 1: Determinan el grado y la extensión de la inseguridad alimentaria, identifican quiénes son las personas más afectadas y definen la respuesta más adecuada.

Norma 2: Usan métodos aceptados para determinar el tipo, grado y extensión de la desnutrición, las personas con mayor riesgo y la respuesta adecuada.

La desnutrición crónica se puede prevenir, pero hay poca evidencia de que se pueda revertir o tratar. Por otro lado, la desnutrición aguda —que puede surgir durante una crisis— se puede prevenir y tratar con respuestas nutricionales adecuadas.

Norma 1: La desnutrición aguda moderada es objeto de prevención y cuidados.

Norma 2: La desnutrición aguda grave  se puede tratar

Tienen importantes efectos sobre la salud de las personas y sobre su capacidad de aprender. Estas deficiencias contribuyen a crear un círculo vicioso de desnutrición, subdesarrollo y pobreza que afecta a grupos ya desfavorecidos. Existen tres enfoques para controlar las deficiencias de micronutrientes: la suplementación, que proporciona micronutrientes en un formato que se absorbe muy fácilmente; el enriquecimiento, agregando productos alimenticios con micronutrientes para controlar las deficiencias; y la dieta, con vitaminas y minerales presentes en diversos alimentos.

Norma 1: Las deficiencias de micronutrientes se corrigen.

La alimentación adecuada de bebés y niños pequeños en emergencias salva vidas y protege la nutrición, la salud y el desarrollo de los menores. Algunos bebés y niños son especialmente vulnerables: bajo peso al nacer; menores no acompañados; hijos de madres con depresión; niños no lactantes menores de dos años de edad; menores discapacitados; con desnutrición aguda, retraso en el crecimiento; o deficiencias de micronutrientes.

Norma 1: La orientación y coordinación de políticas garantizan la seguridad, la puntualidad y la adecuación de la alimentación de lactantes y niños pequeños.

Norma 2: Las madres y los cuidadores tienen acceso al apoyo alimentario oportuno, apropiado y sensible a la singularidad cultural.

Existe cuando todos tienen acceso a alimentos seguros y nutritivos en cantidades suficientes. En una crisis humanitaria, las respuestas deben atender las necesidades a corto plazo.

Norma 1: Las personas reciben asistencia alimentaria que garantiza su supervivencia, mantiene su dignidad, evita que sus propiedades se corroan y crea resiliencia.

Es necesario cuando la calidad y cantidad de alimentos disponibles o su acceso no es suficiente para evitar una mortalidad  excesiva, morbilidad o desnutrición. Se pueden utilizar varias herramientas: distribución de alimentos (en especie o en efectivo para la compra); programas integrales y selectivos de alimentación complementaria.

Norma 1: Se satisfacen las necesidades nutricionales básicas de las personas, incluidas las más vulnerables.

Norma 2: El alimento provisto es de calidad adecuada, es aceptable y puede usarse de manera eficaz y eficiente.

Norma 3: La selección de destinatarios y la distribución se rigen por criterios de flexibilidad, puntualidad, transparencia y seguridad.

Norma 4: El almacenamiento, la preparación y el consumo de alimentos son seguros y apropiados, tanto en los hogares como en la comunidad.

La capacidad de las personas para proteger las fuentes de ingresos está directamente relacionada con su vulnerabilidad a los conflictos. Pueden perder sus trabajos o verse obligados a abandonar sus tierras o suministros de agua, así como sus recursos pueden haber sido destruidos, contaminados o robados.

 Norma 1: Los mecanismos de producción primarios reciben protección y apoyo.

 Norma 2: Hombres y mujeres tienen acceso igualitario a oportunidad de generar ingresos y de empleo.

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