La Misión Roraima Humanitaria de la Fraternidade – Federación Humanitaria Internacional (FFHI) organizó, junto con los colaboradores y refugiados adultos, el festejo del Día del Niño, fecha que en el Brasil se celebra el 12 de octubre.

Las actividades se desarrollaron en fechas distintas en los albergues de venezolanos donde la FFHI está presente: el 10 de octubre fue en el refugio indígena Janokoida (ciudad de Pacaraima, Estado de Roraima, Brasil); el 12 de octubre, en el refugio indígena Pintolandia y en la Casa de Acogida (ambos en la ciudad de Boa Vista, Roraima, Brasil); y finalmente, el 13 de octubre en el refugio Nueva Canaán (Boa Vista).

Junto con el Día del Niño se conmemoraron también el Día de Nuestra Señora Aparecida (patrona del Brasil en el calendario católico) y el Día de la Resistencia Indígena (fecha que en Venezuela se recuerda el 12 de octubre).

En las cuatro sedes de las festividades se prepararon ornamentaciones especiales y hubo distribución de juguetes y golosinas, así como talleres de pintura infantil y numerosos juegos.

Las actividades lúdicas, educativas y deportivas tuvieron el propósito de proporcionar a los niños refugiados momentos de distensión y de homenaje.

Albergues indígenas

En los albergues indígenas, la programación comenzó con la entonación del Himno Nacional venezolano, en Warao y español, y del Himno Nacional brasileño. También se presentaron descripciones de la cultura, las costumbres y las características del pueblo indígena Warao.

En el albergue de Pacaraima se recordó de manera especial a los bebés indígenas nacidos recientemente en los refugios del Brasil. La conducción de las actividades estuvo a cargo del profesor venezolano Israel Arintero Núñez, quien coordina el trabajo de los profesores Warao. El mismo presentaba cada actividad y luego pasaba la palabra a cada docente responsable.

En ese lugar, se presentaron cuentos teatralizados y cuentos con música y coreografía, danzas y cantos del folclore venezolano, danzas y cantos de la tradición indígena Warao. Participaron niños, jóvenes y adultos. Se contó con la adhesión especial de la Pastoral del Niño, de la parroquia local. Los niños dieron una nota particular con la entonación de la música “Color Esperanza”.

En el albergue Pintolandia también hubo representaciones de cuentos populares, danzas y música del folclore venezolano, danzas y cantos de la tradición indígena Warao y Eñapa y la festejada intervención de Gricélia, una de las refugiadas, quien interpretó canciones venezolanas poniendo el broche de oro a la jornada. En este local colaboraron miembros de la Iglesia Metodista.

Artesanos venezolanos

En Nueva Canaán, albergue de familias migrantes, se dio una activa participación de los profesores venezolanos. Aquí el programa incluyó presentación de cuentos, poesías y coreografías. Colaboraron representantes de Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia), del Ejército de Salvación, de la organización “Pelota de Media” y del club de motociclistas “Los buitres”.

Artesanos venezolanos refugiados en el albergue Tancredo Neves colaboraron con las fiestas elaborando bonitos juguetes artesanales que fueron obsequiados a los niños.