Un grupo de 20 personas formado por cuatro miembros de la Red-Luz San Pablo, colaboradores y personas de la comunidad de la Villa Pantanal, desarrollan un trabajo de ayuda a familias necesitadas de la región sur de la ciudad de San Pablo, Brasil. Más allá de la ayuda material, el trabajo promueve el rescate de los valores morales y espirituales.

La actividad se inició en 1992 con una presentación diferente de lo que hoy es la Red-Luz. Al hacer una retrospectiva, los miembros de la Red-Luz de San Pablo, constataron que ya estaban siendo preparados, desde aquella época, para vivir los principios del servicio voluntario, del amor y de la fraternidad.

“Frecuentemente esas semillas de la caridad germinan muy temprano, desde la infancia a través de los ejemplos familiares. Desde pequeña vi a mis padres y abuelos ser generosos y piadosos con los pobres, dando ejemplos de eso cada día. Entonces esta era una situación normal para mí. Solo mucho más tarde comprendí que no todos eran así”, dijo Rochele Gouveia, organizadora del trabajo.

Semillas regadas por la oración

Según los integrantes de la Red-Luz, la referencia para este trabajo, que tiene la caridad como base del servicio, surgió a través del contacto de uno de los miembros con las Misioneras de la Caridad de la Madre Teresa de Calcuta en la India y después se profundizó con la participación de la Red-Luz. El centro de esta actividad grupal, más allá del apoyo material que incluye la distribución de alimentos, ropa de abrigo, zapatos, cobijas, está en alimentar los corazones con la oración. “Esta es una semilla que está siendo plantada en cada corazón. Y esa actividad grupal ayuda a regarla”, explica Enoreth, coordinadora del grupo.

Ritmo

El ritmo de las actividades sigue una vez al mes, cuando el grupo de reúne para hacer la distribución de las cestas básicas y otros ítems, y también todos los martes cuando se realiza un taller de trabajos manuales.

Asistencia a familias necesitadas

Cerca de 75 familias necesitadas son asistidas en la Villa Pantanal. Antes de la distribución, el grupo ora y comparte una merienda. En fechas conmemorativas el grupo intenta tener un día especial para esas familias, incluyendo actividades lúdicas. Pero el mayor compromiso del grupo es el de desarrollar los atributos de fraternidad, caridad, hermandad y perdón, culminando con el cambio de la consciencia de las personas.

Donaciones de ropa

Durante todos los años de actividades, el grupo vivió momentos especiales. “A ejemplo de lo que sucedía con la Madre Teresa, en la India, hubo un domingo en que fuimos a distribuir las cestas básicas pero el proveedor no tenía la entrega y no teníamos nada de alimentos para distribuir, Pensamos que las personas se irían, sin participar de la oración y estarían enojados, pues al final esperaban un mes para recibir la cesta. Al contrario, todos comprendieron y nuestra integración en la hora de la oración fue mucho mejor. Salimos felices al comprender que ellos habían entendido nuestro objetivo, o sea, habían adquirido una consciencia diferente sobre nuestro trabajo. Sentimos en ese momento que ellos nos amaban y esto fue muy gratificante” dijo Rochelle.

Distribución de merienda

“La gran mayoría de las personas que atendemos son carentes en muchos aspectos de la vida. Aunque ellas no tengan la comprensión de la oración que se está haciendo, yo me doy cuenta claramente, en el día a día de esas personas, de un cambio interno. El silencio y el poder que la oración trajo para esas personas. La amorosidad, la receptividad, la aceptación y la fraternidad, también despertaron en ellas a través de la oración”, dijo Andrea Andrade, miembro de la Red-Luz y participante del trabajo.

Informaciones:

redeluzsaopaulo@fraterinternacional.org