Participar de las misiones humanitarias es una tarea que exige, además de mucho amor a la vida, bastante preparación física, mental y emocional para lidiar con situaciones desde las aparentemente más simples, como ayudar en asilos y orfanatos, hasta las más extremas como catástrofes y accidentes. Los equipos de la Fraternidade – Misiones Humanitarias Internacionales pasan por muchos entrenamientos antes de integrarse e una misión, y después por constantes actualizaciones y preparaciones. A fin de estar siempre afinados para actuar en cualquier condición y situación-

Con un bagaje de veintidós misiones humanitarias ya realizadas, entre ellas algunas de carácter permanente, como la de Roraima, donde ampara refugiados venezolanos desde el 2016, la Fraternidade mantiene un calendario de entrenamiento para quien cultiva el deseo de ayudar y actuar en misiones. En esta semana, más de treinta personas están en clases teóricas y actividades prácticas en Carmo da Cachoeira, ciudad ubicada al Sur de Minas Gerais, Brasil, donde la Fraternidade tiene su sede y donde realiza la mayor parte de sus instrucciones.

Este grupo ya está en su segundo módulo, que puede durar entre catorce y dieciocho meses, y esta parte es totalmente presencial, con mucho trabajo de campo. Imer, instructor y uno de los misioneros más antiguos de la Fraternidade dice que en esta etapa las personas están aprendiendo, especialmente, sobre seguridad y acciones preventivas. “Estamos trabajando la prevención tanto la individual como la grupal para que puedan actuar en situaciones de diferentes grados de riesgo”, explica.

Como pararse física, mental y emocionalmente ante las circunstancias, cuáles equipos se necesitan y cómo usarlos, de acuerdo con cada situación, son los temas trabajados en esta fase, afirma Imer, agregando que estar en buenas condiciones físicas es esencial, aunque mantener el equilibrio mental y emocional también es fundamental.

Simulacros y Vivencia

En el primer día del entrenamiento, el lunes 17 de junio, el grupo ya pasó por simulacros de accidentes y distintas situaciones complejas: cómo actuar preventivamente en temporales, tornados, casos de choque eléctrico, derrame de combustible, entre las principales. La instrucción, también abierta a la comunidad local para que se capacite para estos enfrentamientos, dura dos días. No. Obstante, en la secuencia el grupo participará de una Vivencia Misionera, o sea experimentar lo que realmente es estar en una misión, que dura tres días, y va del 19 al 21 de junio.

También realizada en Carmo da Cachoeira la Vivencia incluirá, entre otras acciones, actividades e una de las regiones más pobres de la ciudad, el barrio Palmital;  en APAE – Asociación de Padres de Amigos de los Excepcionales de esta ciudad; y en un asilo municipal. El grupo participará también de una mutirão (trabajo grupal voluntario) para organizar el Galpón de Distribución San José, brazo de donación de ropas, frazadas, entre otros artículos, de la Misión Humanitaria Permanente de Carmo da Cachoeira, también de la Fraternidade y dedicada a la población carente de la ciudad. La idea es dejarlo listo para recibir a las personas que llaman a la puerta todos los sábados.

En julio, en el próximo módulo, el entrenamiento se enfocará en primero auxilios y atención prehospitalaria, informa Imer. Cabe destacar que estos entrenamientos son totalmente gratuitos administrados por voluntarios como Imer y financiados por donaciones espontáneas, así como todas las misiones humanitarias organizadas por la Fraternidad, que recibe de brazos abiertos a quien se dispone para participar de estas acciones. Pero después del entrenamiento, claro.

Si quiere ayudar al prójimo y a las causas animales y ambientales, participando de misiones humanitarias, o si desea colaborar con donaciones para que las mismas puedan continuar con este trabajo de ayuda, envié un e-mail para secretaria@fraterinternacional.org.