Plantas alimenticias no convencionales (PANC) representan alimentos diversos, saludables y asequibles
La mayoría de estas plantas nacen solas y crecen espontáneamente en todos los rincones de la tierra. Algunas reciben calificaciones peyorativas como ‘perjudiciales’. Sin embargo, muchos de ellas son comestibles y tienen un alto valor nutricional, equivalente o superior a las hortalizas, raíces y frutas que estamos acostumbrados a consumir.
El término Plantas alimenticias no convencionales (PANC) se refiere a todas las plantas nativas o exóticas que tienen alguna parte comestible pero que no están incluidas en nuestro menú cotidiano, como lechuga, repollo, rúcula, ya sea por falta de hábito o de información.
Algunas de las más conocidas son algodoncillo, taioba, verdolaga, acedera, hibisco y, la ahora famosa, ora-pro-nobis, ricas en proteínas y aminoácidos esenciales, fibras, calcio, hierro, fósforo y con grandes beneficios para la flora intestinal.
En Brasil, hay al menos tres mil especies de plantas alimenticias conocidas. Se estima que este número puede llegar a 5000, equivalente al 10% de la flora nativa.
Los PANC, adaptadas a diferentes entornos, buscan la reinserción natural y, por lo tanto, contribuyen a la recuperación de los procesos del sistema vivo, contribuyendo a la formación de cultivos biodiversos. Además, en integración con las comunidades humanas, son fundamentales en la planificación dirigida a la soberanía alimentaria y ecológica, que simboliza la garantía de una alimentación diversa, saludable y accesible.
«No necesitan ser cultivadas, sino mantenidas y manejadas de acuerdo con las condiciones del suelo y el interés en su propagación. Al nacer en ambientes diversificados, interactúan con las otras, manteniendo la diversidad, base de la vida», dice el monje de la Orden Gracia Misericordia, frei Renatto.
Las plantas no convencionales, en forma de cultivos permanentes, como permaculturas, mantienen el ciclo del agua y son responsables de disminuir la compactación y aumentar la vida en el suelo, lo que requiere un menor uso de energía en el sistema, explica el monje.
Por lo tanto, contribuyen al equilibrio ecológico y se muestran como buenas opciones de alimentos para grupos sociales vulnerables, por ejemplo. Según el monje, las PANC son ricas en vitaminas esenciales, antioxidantes, fibras y sales minerales.
Los miembros de la Comunidad Luz-Figueira integran las PANC a los sistemas agroforestales, lo que, según frei Renatto, permite la creación de ecosistemas naturales y genera alimentos sin tantas demandas. «Nos estamos sumergiendo cada vez más en el reconocimiento y consumo de estas plantas», dice.