Reconocido como un derecho humano, el deporte fomenta prácticas integradoras, creativas y de sociabilizacción, jugando un papel fundamental en los albergues de Roraima bajo la gestión de la Fraternidad – Federación Humanitaria Internacional (FFHI), ya que involucra a niños, jóvenes y adultos.

La dedicación al deporte en los refugios se ha vuelto tan intensa que, en este año 2020, los propios refugiados crearon un comité del deporte, con el objetivo de organizar torneos y campeonatos.

Rony, un refugiado Warao que vive en el refugio Janokoida en Pacaraima, relata lo importante que es la práctica  deportiva para su pueblo: “Nosotros, los Warao, amamos los deportes, tanto en Venezuela como aquí, en Brasil. Y para no perder esta costumbre, hacemos nuestro deporte aquí, dentro del refugio”.

Alegría, unión, salud, vitalidad ¡el deporte es vida! Favorece la interacción, ayuda a vivir mejor en sociedad, contribuye al aprendizaje del trabajo en equipo, ejercita la empatía y la comunicación, ayuda a tener disciplina, a seguir reglas y a mantenerse ocupado con actividades que agregan valor a la vida individual y a la consciencia colectiva.