Domingo, 15 de enero

Por la mañana el grupo recibió la visita de un refugiado venezolano que agradeció por haber conseguido empleo y lugar para dormir. Pretende traer a la esposa de Venezuela y comenzar una nueva vida en Brasil.

Por la tarde, otro refugiado que estaba con neumonía  y que fue acompañando por el grupo de misioneros  también fue al CRI a agradecer porque encontró trabajo y lugar para dormir.

“Son ejemplos de personas muy dedicadas y amorosas que consiguieron transformar su cruz en alas y están pudiendo volar”, dijo Denise Gomez misionera de la Fraternidade – Federación Humanitaria Internacional.

Durante la tarde, las mujeres indígenas presentaron una danza Warao para todo el grupo. La presentación duró más de una hora.