En un pasado no muy distante, la salud era definida como ausencia de enfermedades, principalmente ausencia de malestares físicos, sin considerar los problemas provocados por las emociones, pensamientos y estados psíquicos desequilibrados.

Con la ampliación de la consciencia humana, el concepto de salud cambió y ahora se lo define de forma de forma más amplia con un abordaje holístico.

Dia da Saúde

Sintonía con la vibración de las piedras y cristales

Además de los conceptos y definiciones, en este 7 de abril, que se conmemora el Día Internacional de la Salud, vale destacar la aplicación de las terapias integrativas, que complementan los tratamientos convencionales, y también promueven significativamente cambios en las cuestiones relacionadas a la salud.

Maria Ori, terapeuta colaboradora de la Comunidad-Luz Figueira, entre muchos, cita algunos tratamientos considerados integrativos como la «fitoterapia, terapia con piedras y cristales, medicina oriental, ayurvédica, yoga, acupuntura, oración, meditación».

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Fitoterapia: tratamiento con las plantas medicinales

En relación a la oración, la propia medicina alopática tradicional ha formado grupos de investigación en hospitales, que se dedican al estudio y al análisis relacionados con el poder de la fe y de la oración para el tratamiento y la cura del paciente. Siguiendo esa misma línea, hay universidades médicas de renombre, en la capital paulista, con cursos de capacitación regulados para la conducción de meditación en salud.

Entre las terapias integrativas citadas, se destaca también el valor de la acupuntura en las palabras de Maria Ori: «la acupuntura se originó en China hace más de 5000 años y hoy está bastante difundida por todo el occidente. Con esta técnica, el terapeuta armoniza las energías de la persona por medio de los meridianos que impregnan el cuerpo».

Recordando que también, en un pasado no muy distante, la acupuntura fue blanco de muchas críticas en el medio médico tradicional, y hoy está comprobada su eficacia, siendo aceptada y aplicada como tratamiento complementario en innumerables patologías. Desde cuestiones inflamatorias y ortopédicas, pasando por regulación hormonal y de órganos vitales, hasta cuadros generalizados de desequilibrios emocionales.

Dentro del concepto de terapia integrativa, otro enfoque utilizado por Maria Ori, en su terapia, es la orientación alimentaria. Ella explica que «cuando la persona opta por una alimentación que nutre el organismo, y no se alimenta solo para satisfacer sus deseos u obtener placer, nota una diferencia en la calidad de su salud, incluso con aumento de inmunidad».

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Capacitación sobre terapias integrativas en la Comunidad-Luz Fraternidad de Aurora

La terapia relaciona varios alimentos naturales con poder de nutrir el organismo y fortalecer el sistema inmunológico como los vegetales crudos, el azafrán, el jengibre y el té de cordia verbenacea. Especialmente sobre la inmunidad, ella complementa: «abordando este asunto desde el lado espiritual, se sabe por medio de la instrucción de José Trigueirinho, que la inmunidad tiene mucho que ver con el nivel de consciencia, debemos siempre elevar nuestra vibración mental y espiritual».

En este sentido, y en su mayoría, las terapias integrativas cuentan con un relevante recurso: el de enfatizar la importancia del ser humano en la búsqueda de ese estado de equilibrio, la homeostasis, no solo mediante la suministración de medicamentos, si no también como partícipe en el propio proceso de cura y mantenimiento de la salud.

El término homeostasis, con origen en la fisiología, comenzó a utilizarse, recientemente, incluso en la psicología para la definición de un estado de autorregulación inherente al cuerpo, que busca el equilibrio automáticamente frente a los desafíos impuestos por el medio al cual está sujeto.

Considerando la totalidad y la complejidad del ser humano, que es mucho mayor que la suma de la partes físicas de su cuerpo, la terapeuta Maria Ori concientiza: «para tener salud es necesario mantener nuestras mentes y pensamientos en una alta vibración energética, para que los órganos, las células, los átomos, las moléculas y todos los componentes del organismo puedan irradiar luz y armonía».