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En los niveles sutiles
En los tiempos actuales, los seres humanos rescatables están siendo especialmente entrenados para actuar en los niveles sutiles. El hecho de tener que moverse conscientemente en dimensiones sutiles de la Tierra y de haber respondido de modo coherente a los designios superiores, permite la apertura y el fortalecimiento de un canal, en el aura planetaria, para la penetración de energías cósmicas. Esas energías provenientes de niveles elevados, son conducidas a la Tierra por el incesante trabajo de las Jerarquías y de los grupos ligados a ellas.
Una Jerarquía, al contactar un ser, en realidad, está contactando un grupo de almas representado por aquel individuo. Por lo tanto, cuando tratamos con contactos espirituales, debemos estar por encima de personalismos. Debemos trascender los estadios del querer humano. Cuando aún nos encontramos en los estadios iniciales de nuestra ascensión, los contactos espirituales son cuidadosamente dosificados, ya que, en ellos, el individuo puede fácilmente desviarse por caminos inciertos, fuera de la Ley Evolutiva.
Esferas superiores
El contacto de un individuo con una Jerarquía se decide en esferas monádicas y puede no reflejarse en el nivel material. La mónada es uno de los núcleos de consciencia más elevados y cósmicos del ser. Ella está en contacto más directo con las esferas superiores de la Existencia y las irradia a los planos más materiales.
La consciencia de esos contactos depende de la tarea a ser cumplida por el individuo y de las condiciones de los cuerpos utilizados por él en el mundo concreto. En estos tiempos de transición, muchos impulsos están siendo trasmitidos por la Jerarquía, para romper cristalizaciones que dificultan una relación fluida y pura entre la esfera de consciencia material y la sublime.
La Ley del Silencio
Debido al alto grado de ilusión que impregna la esfera psíquica de la Tierra – fruto de la ininterrumpida actuación de las fuerzas involutivas sobre el deseo y el pensamiento de los hombres – , es necesario resguardar esos contactos. Por eso, la Ley del Silencio se le presenta al aspirante al inicio del Camino y la deberá aplicar y profundizar a cada paso que da en dirección a la meta mayor.
El encuentro de un individuo con miembros de la Jerarquía, encarnados o temporariamente materializados está determinado por necesidades muy amplias, grupales, planetarias y cósmicas; nunca por factores personales. La presencia de una Jerarquía en la órbita de un planeta representa la posibilidad de introducir, en esa órbita, un patrón vibratorio cósmico. Una vibración cuya tonalidad solo aquella Jerarquía específica puede transmitir.
De ese modo, aunque una Jerarquía pueda presentarse bajo la apariencia de un Ser a los sentidos internos de un discípulo, es importante no dejarse engañar por lo que ve, ya que lo que se ve no es nada más que un vehículo de contacto con nuestro consciente, y no la realidad última.
Contactos con la Jerarquía
Una importante Jerarquía recordaba a sus pocos alumnos:
«Habréis de ir más allá de las luces, habréis de contactar lo que está detrás de ellas».
Así, él procuraba recordarles que los objetos captados por los sentidos son mera apariencia, una simple cubierta, y no es la esencia. Y que la esencia es lo que se debe buscar.
De hecho, algunos de esos estudiantes llegaron a un considerable grado de contacto interno, pudiendo, más tarde, trabajar individualmente o en un grupo al servicio del Plan Evolutivo.
A pesar del gran gasto de energía necesario para una Jerarquía para mantenerse encarnada en el estado energético y vibratorio de la Tierra, aún muy densos, es incalculable el servicio prestado, en esas condiciones, por su sublime irradiación. Esa irradiación penetra los éteres materiales, impregnándolos con su vibración redentora, influyendo benéficamente en varias dimensiones de la vida
Hoy, son raras las Jerarquías encarnadas en cuerpos materiales, pues la superficie del planeta en breve debe entrar en una fase más aguda de alteraciones, parte de su proceso de purificación.
Una Jerarquía es, antes que nada, la expresión de una Ley. Existen en el cosmos infinitas Jerarquías, así como infinitas son los matices que la ley presenta en cada estadio de la manifestación de un universo.
Una realidad magnífica
Lo que se puede revelar en el momento, al hombre de la superficie de la Tierra, acerca de estos temas, es solo un pequeño vislumbre de una realidad magnífica. En la medida que el puente entre consciente y el espíritu se va estableciendo de manera estable y el ser va pasando por las pruebas y purificaciones necesarias, pueden ocurrir ciertos contactos. Pero en ese terreno, nunca será demasiado repetir que la búsqueda de fenómenos y percepciones psíquicas es un desvío peligroso. Al yo consciente le cabe entregarse en pura y cristalina obediencia al Supremo Ser y no esperar nada parecido a una recompensa.
La luz exterior de mil soles no se equipara a la que existe en el interior de un solo átomo;
mil vidas no pueden contener la existencia de un único instante pleno de la energía del Espíritu. ¡Aprended, oh peregrino! al reconocer la relatividad de la Creación, vestida de Luz, cruzad el portal, y penetrad el vestíbulo que os conducirá a la Suprema Orden de los Universos.
***
Aprended de las olas del mar cómo se mueven,
aprended de las estaciones la vivencia de los ciclos.
Aprended de la flor la pureza de la entrega y, de las abejas, el servicio grupal.
Y en la Luz, el peregrino sigue las indicaciones de vuestro Camino.
Sois hijo del Cosmos, heredero de la Gran Morada.
Despertad, venimos a vosotros trayendo vuestro Legado.
Libro de Trigueirinho: La Creación
Capítulo: Más allá de las luces del cielo. Sois hijos del Cosmos
Audio de Irdin: Um guia seguro para agora
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