A partir del año entrante, Casa Luz de la Colina, afiliada a la Fraternidade – Federación Humanitaria Internacional,  renovará la forma de asistir en su sede central de Carmo da Cachoeira, Minas Gerais, a los niños de escasos recursos de esa ciudad. La idea es trabajar valores y virtudes para la vida diaria, de una forma más personalizada. Para eso están siendo planificados una serie de talleres infantiles que serán ofrecidos a pequeños grupos de hasta siete participantes, reunidos por fajas etarias e intereses comunes.

Las innovaciones fueron presentadas durante un encuentro de niños y jóvenes que se realizó el sábado 3 de diciembre pasado en la sede central de Casa Luz de la Colina. Participaron 50 menores del barrio Bom Retiro de Carmo da Cachoeira, con los cuales, la institución filantrópica ya trabaja hace tres años.

El evento comenzó a las 10 de la mañana con la representación, con títeres, de un cuento llamado “La plantera vacía”. La misma transmite como enseñanza la importancia de vivir los valores de la honestidad y de la pureza del corazón.

A continuación, los presentes se agruparon, de acuerdo a sus intereses, para participar de uno de los cinco talleres que fueron desarrollados de forma experimental. A partir del 2017 serán ofrecidos los talleres de alimentación consciente, trabajo con la naturaleza (jardinería, horticultura), pintura, manualidades (kirigami, origami, fabricación de juguetes) y música. En el encuentro del sábado pasado fueron realizados talleres de panadería, jardinería, pintura, kirigami y música.

Semillero
“Vemos a los niños como semillas de una nueva vida y queremos ayudar a los que viven en el barrio Bom Retiro para que, como semillas, no caigan en suelo árido. La mayoría pasa largas horas en la calle, exponiéndose a todo tipo de peligros”, comentó la hermana Inmaculada, de la Orden Gracia Misericordia, coordinadora de las actividades con el segmento infanto-juvenil.

“La intención es trabajar con mayor intensidad la transmisión de valores espirituales ayudarlos a que descubran su potencial interior, lo que de mejor tienen para dar”, prosiguió la monja.

De acuerdo a sus explicaciones, Casa Luz de la Colina estaría desarrollando, con colaboradores voluntarios, uno o dos talleres por día, en turnos mañana y tarde, con duración máxima de dos horas cada uno, de lunes a sábado. “Por el momento recibimos a menores de 3 a 15 años de edad. Será importante que los mismos puedan mantener cierta disciplina y respetar acuerdos para que sea posible desarrollar un proceso educativo”, dijo la hermana Inmaculada.

Pureza y humildad
Sobre la forma de relacionarse con los niños, el filósofo espiritualista José Trigueirinho, mentor de Casa Luz de la Colina, afirma que para tratar con ellos es necesario pureza y humildad. “Pureza significa no sentirse dueños de los niños y humildad, querer aprender antes que enseñarles alguna cosa”. Agrega que los niños están más preparados de lo que aparentan y que solo no demuestran lo que saben porque no encuentran ambiente propicio, ni en el hogar ni en la escuela. “El adulto que se aproxima a un niño con deseos de aprender, podrá escuchar cosas que ni imagina. Para ayudarlas, debe hacerles preguntas sobre su origen en la Creación, de donde viene, donde estaba antes de nacer, con quien estaba, como se vive allá. Esas preguntas lo estimulan a restablecer la conexión con su origen y entonces cuando tenga alguna duda podrá preguntar para allá y no para acá”. Más información puede obtenerse en los siguientes audios, en portugués, de Trigueirinho: “Conversas especiais nº 72– Pureza e humildade ao lidar com crianças (Pureza y humildad al tratar con niños)” y “Assuntos de todos– Aprendendo com as crianças (Aprendiendo con los niños)”. Los mismos están disponibles en Irdin Editora.