La Casa Luz de la Colina, afiliada a la Fraternidad – Federación Humanitaria Internacional, organizó en la mañana del 28 de noviembre un Servicio Grupal Voluntario en la Escuela Estadual Wanderley Ferreira de Rezende, en la ciudad de Carmo da Cachoeira, Minas Gerais, Brasil. Más de cuatrocientas personas fueron atendidas en forma gratuita.

Sesenta y cuatro profesionales de diversas áreas prestaron asistencia a la comunidad, que participó de diversas actividades que se desarrollaron en la escuela. En las mesas del comedor funcionó el Taller de Arte, donde durante todo el evento, ciento cincuenta niños pudieron ejercitar la creatividad, por medio de dibujos y pinturas, acompañados por una psicóloga. En la cuadra de la escuela, nadie quedó parado durante el trabajo corporal, cuando ciento diez niños, de ambos sexos, participaron de juegos, concursos y teatro. Quien precisaba arreglarse pudo aprovechar el servicio de corte de cabello. Durante la actividad fueron efectuadas más de cuarenta cortes, en niños y adultos.

En las aulas fueron organizados varios servicios. La sala de matemáticas fue transformada en un Taller de Electricidad. Allí, un misionero brindó explicaciones sobre el consumo de energía en una casa, el uso de los aparatos y cómo hacer economía. Un panel montado con materiales eléctricos sirvió para mostrar como funciona el proceso de energía eléctrica en una casa, desde el momento que llega de la columna eléctrica hasta el momento en que se enciende el foco. En la sala contigua, otros misioneros de la Fraternidad Federación Humanitaria Internacional proyectaban videos y hablaban sobre las misiones en las cuales participaron por el mundo.

En otra sala, el tema fueron las Semillas. Allí, varios niños asistieron a la exhibición de la película «El hombre que plantaba árboles» y otros títulos. En un rincón fueron dispuestos sobres, con diversos tipos de semillas para ser donadas a quienes quisieran montar una huerta casera. Todas las semillas eran puras y producidas en la Comunidad-Luz Figueira. «Es importante que las personas se enteren de que métodos antiguos y tradicionales, sin procesos químicos, son más benéficos», afirmó el fray Renato, monje del Monasterio de la Sagrada Humildad, de la Orden Gracia Misericordia, afiliada de la Fraternidad – Federación Humanitaria Internacional.

Entre un video y otro, el fray Renato explicaba la importancia de la concienciación para cuidar correctamente de las semillas: «Estas son semillas puras, llamadas `Criollas´, que tienen en su genética la conciencia original. La preservación de una semilla pura significa la preservación de un arquetipo puro», destacó.

Del área de salud participaron diesiciete profesionales, colaboradores voluntarios, quienes en total efectuaron cuarenta y ocho atenciones. En una sala se congregaron varios terapeutas para aplicar técnicas de reflexología y otras terapias alternativas, asi como psicólogos que también brindaron sus servicios. Durante el servicio también fueron brindadas dieciocho atenciones médicas con un clínico general y veinticinco atenciones con un oftalmólogo.

María Amelia llegó temprano y aprovechó para ponerse al día con su salud. Pasó por varias consultas, visitó al oftalmólogo, al dentista, al clínico general y también se hizo acupuntura, todo eso en pocas horas: «Yo salí satisfecha, aproveché el día», comentó posteriormente. En la camioneta estacionada cerca del patio de la escuela, las dentistas Ana Beatriz y Clarissa atendían a quienes precisaban de ayuda. El trabajo fue concentrado en los casos de emergencia, con el objetivo de aliviar el dolor y el sufrimiento, como dientes rotos y bocas con hinchazones. Además de las atenciones, las personas recibieron orientaciones, asi como cepillos y pastas de dientes. «Atendimos, por ejemplo, a una madre que utilizaba un mismo cepillo de dientes para toda la familia», contó Clarissa.

Los animales también fueron objeto de atención, en la Sala de Cuidados de Animales. Colaboradores voluntarios del Sitio de los Reinos, de la Casa Luz de la Colina, dieron informaciones sobre cuidados básicos de higiene, alimentación y prevención de enfermedades, y ofrecieron además prestaciones de primeros auxilios. «Lo que más vemos son animales con garrapata, Cinomose y perros que precisan de castración», explicó Hayla, colaboradora voluntaria, especializada en atención a los animales de la Casa Luz de la Colina.

Los servicios voluntarios son organizados por la Casa Luz de la Colina varias veces al año, en diferentes locales. «Además de la ayuda material, buscamos sembrar la semilla del amor incondicional, de la fraternidad y del cuidado a los reinos, para que las personas despierten a las necesidades de nuestro planeta», afirmó Miriam Galvão, coordinadora de la tarea grupal voluntaria.